Es una noche, algo caliente, en Barquisimeto. Después de un día movido queda solo el pensamiento. Y el cansancio. Puede que para mañana no sepa todavía bien qué va a pasar. Pero este día ha concluido. Me quedo con los retazos e intento ilarlos a ver qué pasa. No sé si qué también queda pero esos retazos también me pertenecen. Me los puedo llevar conmigo a la cama. Hoy quizás no parezcan importantes. Mañana puede que tengan sentido.
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Es una entrada original, para terminar un día, un día cualquiera para alguien que ha trabajado y sabe trabajar con el ser humano y qué ademas lo entiende, lo atiende y a la vez lo destiende.
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