EL DESAGRADECIMIENTO POLÍTICO

En verdad en el mundo de los humanos la ingratitud y los ingratos no tienen límites. En vez de Manuel Santos estar agradecido con Esteban, le reclama su supuesta injerencia en la política colombiana. Lo que pasa es que en el fondo, apenas Esteban supo como iban las encuestas después del debate, salió en rescate del pupilo de Uribe. Pero no lo hizo por puro amor, pues el altruismo no es el fuerte del venezolano ¡qué va! Lo hizo por cochino interés, que es lo que generalmente, desde los más sublimes a los más rastreros, unen a los seres humanos. Lo decía a su modo Sartre, nadie es amigo de nadie excepto cuando dos personas comparten un enemigo común. Y este enemigo se llama Antanas Mockus.
Y es que Esteban necesita un contrincante de cierto perfil como para mantener el pugilato político, dentro y fuera de la nación. La dialéctica, esa de calle más que la de los grandes pensadores, así lo exige. Un sucesor de Uribe que prolongue su herencia política y más si se trata de su mano derecha, vienen como anillo al dedo. Así Esteban puede seguir con sus vientos de guerra, armándose hasta los dientes, vociferando en contra del capitalismo salvaje y del imperio. Y, last but not least, patalear cuando le convenga para evitar cualquier posible reunión entre jefes de Estado. Así que hay que tumbar la popularidad del candidato verde ¿Y qué mejor que la de acosar y victimizar a Santos, para que los colombianos se sientan heridos en su dignidad y formen un bloque hegemónico alrededor suyo?
Se podrá rebatir argumentando cómo queda en todo esto el estado de persecución sin cuartel a que se le tiene montada a la guerrilla. No hace falta considerar a Hegel y compañía para considerar que en este proceso de la historia (sea el desenvolvimiento del espíritu o el “atornillamiento” al poder), como en todo, siempre hay subproductos de desecho. Lo único que en este caso esos son humanos. Su sacrificio, se supone, se lo agradecerá el futuro. Aunque tampoco se trata de inmolaciones irrecuperables. Los realmente valiosos, los que toman las decisiones de combate, los estrategas, esos están, según se dice, en las fronteras ecuatorianas y venezolanas, al resguardo bajo la protección de otros pabellones tricolores. Claro que no todos pueden tener estos privilegios. No tendría sentido una guerrilla que todas sus operaciones fueran por radiocomunicaciones. A algunos les basta los insultos y ya, a distancia. Pero alguien tiene que dar la cara, en el sentido anónimo, y jalar los gatillos y correr por los montes. Las revoluciones tienen sus precios que, curiosamente, los pagan personas del mismo estrato social que los que soportan el peso de ciertos desarrollismos.
Pero ¿por qué hay que evitar que Antanas Mockus llegue al poder? Tan sencillo como que no habría una razón válida que impidiese un encuentro bilateral entre los futuros mandatarios. La dialéctica se reduciría, no solo por falta de antagonismo sino por falta de interlocutor ¿Alguien puede imaginarse al Presidente Chávez conversando públicamente, dialécticamente, según su estilo, sobre filosofía con el candidato colombiano? ¿citando autores de izquierda que recién está descubriendo su existencia? ¿o echando números al aire sin la ayuda de lápiz y papel? Si requirió llamar a un amigo en aquella cadena en que ordenaba reciclar las hojas de papel en los ministerios, usándolo por ambos lados, cuando se trabó en el cálculo del porcentaje del ahorro que habría. Porque al venezolano las cifras obedecen a propiedades elásticas del mundo de los Space Jam, y los cheques se los deben dar ya listos con el único requisito de completarlos con bolivariana firma. O sea que en una interlocución entre ambos, a la tercera palabra del colombiano ya estaría llamando a Fidel para que le sugiriese qué responder a lo que no había entendido sobre lo que dice haber leído sin que pasase nunca página de libro alguno.
Así que, amigo Santos, hay que ser más agradecido en esta vida con los aliados, aunque lo sean por propio interés y de tendencias distintas pero que quieren lo mismo: mandar.

Alfonso Maldonado

Comentarios

Entradas populares