REFLEXIONES DE LUNA LLENA


Es de noche. Dicen que va a haber una hermosa luna llena. Cuesta tanto descubrir el milagro que nos envuelve, que nos es común a todos. Debe verse tan ridiculo, desde el espacio estelar, esas diferencias por las que nos peleamos con total seriedad. 

¡Y pensar que aquel Marx, desde sus parametros y esquemas mentales (su horizonte de inteleccion), en el fondo reflexiono sobre las relaciones entre el hombre y la naturaleza!


¡Cuan artificiales resultan nuestras disputas! Realmente creemos que a través de ese vendaval dialéctico se ha logrado descifrar la historia del ser humano, las relaciones interpersonales y se ha recobrado lo humano su verdadera naturaleza en armonía con el resto de la creacion?



Ciertamente que existe la injusticia y la opresión. Pero no funcionan como postulaba la intelectualidad de la sociedad industrial del siglo XIX. Quien ha profundizado en el andamiaje filosófico del prusiano, se da cuenta que está versionando el pensamiento de Hegel. Para este último, la esclavitud no es otra cosa que el paso del Espíritu en su devenir. Para Marx es el paso que posibilita el advenimiento de la Revolución Industrial. Pero en ambos casos no se trata primeramente de una condena moral, porque la historia se mueve en estas contradicciones. La historia tiene ese movimiento dialéctico que le hace avanzar, según Marx, en la lucha que asumirá el proletariado. La historia funciona así, dice.

Pero esa visión, por valiosa que haya sido, no puede ser la nuestra. La historia no avanza en la lucha de los contrarios, por epopéyico que pueda parecer. La historia avanza en la medida en que el ser humano se humaniza, se hace persona, relación y donación. Los diferentes no son de antemano enemigos, si bien es cierto que ese pozo de maldad que hay en el hombre lo haga sentir la tentación de vivir de espaldas a los demás. Las sociedades buscan avanzar como conjunto, en medio de las diferencias internas. Aunque algunos se sientas deslumbrados por la riqueza a costillas de lo que sea, no todos consideran como ideal el estar "podrido de dinero". Muchos necesitan darle un sentido a la prosperidad material.

Y los más desfavorecidos deben ser protagonistas de su propia historia, con la debida solidaridad de los demás. No están condenados a recibir dádivas como cuadrapléjicos, pues tienen latentes fuerzas y posibilidades que necesitan, en muchos casos, descubrir.

Mientras estemos emperrados en no reconocernos como iguales y no creamos las condiciones para que cada quien pueda vivir dignamente y desarrollar sus habilidades, estaremos en camino hacia la desintegración. No solo son temibles las bombas atómicas. Tambien de esta manera se puede reducir la vida a polvo cósmico.

Cómo terminara esta pelicula, de verdad no lo sé. No es fácil desprenderse de las falsas esperanzas. No es fácil aceptar que se perdió una gran oportunidad por estar empeñados, por el verbo incendiario, en entrar en la gloriosa inmortalidad de los dioses del Olimpo.

Realmente debemos acompañarnos y comprender el mundo del otro. 

Quizás no sea el tiempo de los politicos, sino de los ciudadanos de a pie: los que han asumido como suyo la civis, que en la antigüedad designaba a la ciudad, hoy  sin embargo extendida a territorios agrupados como paises.

El tipo de convivencia que tengamos obligará a los políticos a ser diferentes.

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