EN VÍSPERAS DEL DÍA DE LAS MADRES...
Un mañana más, una tarde más. Llegan las ráfagas
del día de las madres. Ilusión de la gente que todavía no ha sido golpeada.
Quien sabe cuantas generaciones están detrás protegiendo esta tradición. Aun no han conseguido golpearla. Hay una
reserva de candidez, que anima un hecho tan básico y sencillo como el
"comprarle algo a mi mama".
La tarde tiene ribetes grises, de estas
vísperas con aroma maternal. Hay remolinos de aire que todavía no se dejan
mojar.
En todos los hogares algo se planifica para
ese día. Algunos inventan cocinar, otros inventaran ir a comer.
No obstante, subyace el peso de una economía
deprimida solo consigue ser inflada por los discursos políticos. Inflada, únicamente,
esperamos que nunca alcance a ser inflamada.
En otros tiempos, tildados de consumistas y
capitalistas, sí, es cierto que se gastaba como monótona expresión de amor, pero
por corazones bien intencionados conseguían encaramar sonrisas inéditas para quienes
les dieron el don de la vida.
Que complicada puede ser la sencilla vida,
cuando a la vida le bastaría simplemente con conseguir ser vivida. Y pensar que
algunos se empeñan en mutilarla... y todo en nombre de una peregrina revolución
que destroza las almas.
Con todo y sin embargo ¡feliz día de las
madres!
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