"PADRE, DIOS NOS HA ABANDONADO". EL VIA CRUCIS DEL OBISPO ENTRE LOS DAMNIFICADOS

Mons. Giovnni D´Ercole
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El presente artículo fue tomado de La República, de Italia. El original está en italiano con el nombre de "Padre, Dio ci ha abbandonato". La via crucis del vescovo tra gli sfollati  y es autoría de Janner Meletti. Traducción: Alfonso Maldonado

Viajando a través de los escombros con Monseñor D'Ercole, obispo titular de la Diócesis de Ascoli. "Busco estar con la gente; en ciertos días, un abrazo vale más que un sermón. Y para aquellos que han perdido la esperanza les digo: no tenga miedo de gritar su sufrimiento "

Jenner Meletti

26 de de agosto de, el año 2016

Ascoli Piceno - Los zapatos negros cubiertos por el polvo blanco de los escombros. Una pequeña cruz de madera. El cuello del cleryman. "No, no me visto de obispo. No tiene sentido, sobre todo en días como estos. Mi misión no es desempeñarme desde un rol, sino compartir la vida de todos, cuando un abrazo vale más que un sermón." Giovanni D'Ercole, de 67 años, es obispo de Ascoli Piceno desde hace dos años. Fue vicario en L'Aquila, el terremoto lo ha estado persiguiendo (se refiere al terremoto de L´Aquila, del 2009, NT). Su VW Golf negro ("He soñado con él desde niño, aunque conseguí comprarlo solo hace diez años") se ha visto circular en estos días y noches por Arquata, Pescara del Tronto y por todos los otros doce pueblos de este devastado municipio.

"Pero, ¿por qué Dios permite esto? ¿Por qué querría llevar a mi hija de 36 años y no a mí, que ya soy una anciana?". Son las diez en punto de la mañana. Otra víctima es retirada de entre las piedras de Pescara del Tronto, otra madre llora otra hija. El obispo se acerca a la mujer y le susurra. "Grita tu dolor, grítalo fuerte, porque Dios te está escuchando." El continúa hablándole por un buen rato.

Mons. D´Ercole tras el terremoto de L´Aquila del 2009
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Una jornada con el obispo, en una tierra donde las celebraciones casi han desaparecido, porque todas las iglesias se han vuelto inseguras y están cerradas, e inclusive los sacerdotes están durmiendo en tiendas de campaña. "Siempre me despierto antes de las seis. Una hora de la oración, a continuación, por lo general voy a celebrar la misa, pero no en la catedral, sino en una parroquia. Nunca aviso, no quiero que me organicen una bienvenida. Pero ahora todo ha cambiado. Esta es una comunidad despedazada, tengo que vivir en medio de ellos ".

A las 7:30 el Golf llega al campamento de Pescara de Tronto. Desayuna con los damnificados y luego visita al campamento de Arquata. Recibe una llamada telefónica del primer campamento. "Encontraron más cuerpos." He aquí, pues, el encuentro con la mujer que había perdido a su hija y otras mujeres y hombres que hasta ayer esperaban un milagro y ahora contemplan los pobres  cuerpos polvorientos.

"Padre - dice una mujer todavía joven - recuerda el encuentro de ayer, cuando vine aquí para estar delante de la casa de mi familia? Papá, mamá, mis hermanos: cinco personas, cinco. Y yo le decía: yo espero, espero, espero. Estoy segura que Jesús me concederá esta gracia ". Y luego añade esto, que tal vez ni un obispo lo podría esperar. "Se cumpla la voluntad de Dios. Estoy segura de que mis seres queridos desde el cielo me ayudarán."

Nadie se aleja, cuando se acercan a este extraño obispo vestido como si fuese un joven capellán. "Y nadie - dice monseñor Giovanni D'Ercole -. ha envestido en mi contra.  Yo no busco imponerme. Me acerco con respeto y pudor necesario frente a la intimidad del dolor. Incluso cuando me consigo con quien no ama a la Iglesia, se acoge a ti en la simplicidad del encuentro, no digo que te acepte (acepte al obispo, NT) pero sin duda te respeta ".

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Es necesario partir, otros pobres cuerpos han sido llevados a la morgue desde el hospital de Ascoli Piceno. "Hoy en día, por desgracia, tengo que pasar muchas horas aquí. De todos los que ahora están llorando, casi todos me los había conseguido ayer, parados delante del cúmulo de escombros. A partir de ese momento los conozco, sé muchas cosas de ellos, incluso de los que ahora reposan en los ataúdes. Hay una mujer que fue hallada muerta en pueblo de Capodacqua. el bombero se conmovió cuando me dijo que había encontrado su cuerpo tendido sobre el de su anciana madre. La protegió y la madre pudo salvarse. Tengo delante de mí la cara de un niño de 15 años cuando inmediatamente después de la gran conmoción llegué a Pescara del Tronto y yo también empecé a escavar con mis propias manos. Estaba a un lado de otro chico, de la misma edad. Estaban en la calle, cubierto por piedras de una casa (la construcción era de piedra sin cumplir con la normativa antisísmica, pues datan hasta del siglo XVII, NT). Vi que tenía su rostro contra el suelo. Traté de darle vuelta, para que respirase. Pero nada se podía hacer. "

Causa impresión el "Gimnasio Municipal de Monticelli - fitness, danza, fútbol, ​​baloncesto" -: se transformado en funeraria. Para la tarde, ya hay trece ataúdes, pero sobre el suelo se extienden 57 sábanas sobre los que se colocarán otros más. Me recuerda el hangar del cuartel de Coppito, donde fueron llevados los muertos del L´Aquila.

Otros ataúdes llenan la Capilla de la Resurrección en la morgue en frente del gimnasio. "Incluso hoy voy a celebrar misa por los fallecidos y por sus seres queridos, a las 6 pm. Luego, voy a ir a cenar al campamento de Arquata. Voy a estar cerca de los que lloran, el cristianismo es un abrazo." Y luego me dirijo a Montegallo, para pasar otro rato. "Tengo que organizar un pequeño campamento. El trabajo es realizado por la Defensa Civil, pero de mí depende conseguir un sacerdote que viva con las personas damnificadas, que sea capaz de transformar la comunidad, que artificialmente han creado las tiendas de campaña, en una familia de verdad. ¿Puedo hacer un llamado? Quién quiere ayudarnos, que nos envíe las estructuras de madera, donde se pueden reunir. Para mantenerse cerca unos de los otros, y orar "

Gimnasio comunal de Monticieli
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NOTA: Mons. Giovanni D´Ercole sufrió denuncias después del 2009 por irregularidades con los fondos destinados a la reconstrucción de L´Aquila, después del terremoto. Aunque la prensa se ensañó, la acusación carecía de fundamentos por lo que fue absuelto. Los medios no cubrieron proporcionalmente el veredicto final. Lo strano caso di MonsignorGiovanni d’Ercole vescovo di Ascoli Piceno