EL 16 DE JULIO: EL INICIO DE UNA LARGA SEMANA



Suena el celular (el móvil) varias veces antes de levantarme. Anoche me acosté una hora más tarde de lo acostumbrado: a la 1 am. Así que reincorporarme a la vida a las 6 am no me es tan sencillo. Apuro mis cansinos pasos hacia el lavabo y me percato que, una vez más, no hay agua. Otro día me hubiese preguntado qué diantre habrá pasado en esta oportunidad. Pero en esta ocasión no. No el 16 de julio, domingo en que la Asamblea Nacional en Venezuela ha convocado para realizar la Consulta Popular. En cuanto al agua, puede ser una falla “normal” o los robos que ocurren en los centros de bombeo. Siempre me ha parecido una curiosidad qué se puede hacer con equipos sofisticados. Porque se roba para vender ¿quién puede comprar eso en Venezuela? Lo extraño es que no hay investigación alguna. Ni formas de aumentar la seguridad. Siempre me ha parecido que más que un acto vandálico, es un saboteo a la gerencia de la gobernación opositora del Edo. Lara y un castigo a sus ciudadanos, tan necios para seguir votando por la alternativa al Estado nacional. Pero hoy no me hago esas preguntas.
Luego de usar el agua potable para reconciliarme con la vida (que se compra en botellones plásticos, pues el que llega por la red de acueductos es un agua pesada), voy a la cocina. Hago mi café, no tan fácil ni barato de conseguir. Y como un sencillo sándwich. Caigo en cuenta de lo inquieto que estoy cuando voy a ponerle el queso al café y el azúcar al pan. Nunca me ocurre. Pero hoy es un día especial. La principal actividad está organizada por la Asamblea Nacional, que es una consulta popular con tres preguntas:

  • ¿Rechaza y desconoce la realización de una asamblea nacional constituyente propuesta por Nicolás Maduro sin la aprobación previa del pueblo venezolano?
  • ¿Demanda a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana obedecer y defender la Constitución del año 1999 y respaldar las decisiones de la Asamblea Nacional?
  • ¿Aprueba que se proceda a la renovación de los Poderes Públicos de acuerdo con lo establecido en la Constitución, así como la realización de elecciones y la conformación de un nuevo gobierno de unidad nacional?

Es una jornada crucial, independientemente de la lectura que le vaya a dar el régimen. Este ha montado lo que llama la “feria electoral”: un simulacro propio de la mentalidad militar que más que afinar los detalles técnicos, buscan hacer un ensayo de las movilizaciones de masas. En este caso, podía servir para “medir” cómo iban las cosas para el 30 de julio. Pero también para confrontar e intimidar a la oposición. Quizás también para registrar grandes filas de personas sin determinar bien la veracidad de las mismas tomas.

Igual existía la preocupación sobre cuál iba a ser la respuesta de los grupos que intimidad habitualmente a la población: tanto los cuerpos de seguridad del Estado como los colectivos paramilitares.

El haber llegado a este día, donde pareciera que la historia de Venezuela se va a partir en dos, donde se cree que en los siguientes 20 días se va a definir los siguientes 20 años de la República. Así que la jornada da vértigo.

Enseguida saco mi celular, mientras intento coordinar dónde pongo el queso y dónde el azúcar. Acudo a los grupos de whatsapp para informarme: en días pasados 19 organizaciones de defensa de los Derechos Humanos del Estado Lara conformaron una red de veedores del proceso, con un grupo de conversación. Esa era la primera fuente fidedigna para saber qué estaba pasando, además de filtrar lo que se consiguiese de mensajes de otras personas o lo que se colgaba por twitter.

Los puntos de votación, que tienen el nombre de “puntos soberanos”, se han instalado a la hora y ya estaban funcionando. Se estaba haciendo sin la tutela del CNE (Consejo Nacional Electoral), puesto que no cuenta con su reconocimiento, ya que éste juega arrimado con el gobierno (expresión que proviene del juego llamado bolas criollas en Venezuela, petanca en España, cuando la bola se acerca al mingo o pelotica chiquita y que se refiere a complicidad o alianza entre dos personas o grupos).

En Venezuela, de los años sesenta cuando las guerrillas urbanas y rurales amenazaban los procesos electorales, se estableció la costumbre de que el ejército resguarde los centros de votación. En este caso todo fue montado por la sociedad civil organizada en articulación “técnica” con los partidos políticos de la MUD (Mesa de la Unidad Democrática). No se pusieron los dispositivos típicos de seguridad, sino que hierros retorcidos, troncos secos, algo de basura, servía para señalizar hasta donde podían acercarse los carros (coches).

Igual se hizo con los primeros auxilios o gente prestando sillas de ruedas para trasladar enfermos o personas discapacitadas. La comida y agua fue otro tanto.

Todo esto me aparecía temprano en la pantalla de mi celular, mientras maniobraba para conseguir la manga de mi camisa de cleryman por donde meter el brazo y adivinaba el tiempo que tenía de salir para la misa.

Se dieron algunas reuniones previas a esta fecha, inclusive con gente dedicada a primeros auxilios y rescate, y había mucha buena voluntad. La Vicaría de Derechos Humanos de la Arquidiócesis hizo contactos como con la Lda. Gisela Carmona, del periódico El Impulso, el más antiguo del país y el más importante de la región, para tener algunas orientaciones para conectar informaciones y denuncias en su página web y las mismas cuentas de redes sociales, a través de etiquetas.

En Venezuela se dio un silencio informativo: el viernes supe que no se podía hablar por los medios convencionales de “consulta popular” ni tampoco hacer contacto con algunos de los puntos soberanos. Había que hacer alguna circunlocución menos gravosa para el Estado: acto de la MUD o por el estilo. Supe que, según me comunicó una politóloga, tampoco se puede hablar de “represión” (término desagradable pero neutro, puesto que hay represiones legales y las hay arbitrarias y desproporcionadas). Lo cual hace que una imagen de un GNB (Guardia Nacional Bolivariano) estrellando el filo de su escudo contra un simple transeúnte, rodeado por un grupo de compinches, tenga que ser edulcorado para los oídos del público.

Antes de ir a celebrar la misa de 8:30 am, me asomé en el “punto soberano” más cercano. Se iba a efectuar en las iglesias, según había planteado la MUD, pero los obispos indicaron que los templos son para las celebraciones y debían estar abiertas para todos los creyentes, sin distinción de afiliación política. Mons. Mario Moronta, el obispo de San Cristóbal, fue también más reservado en el uso de otros espacios parroquiales, aunque alabó la iniciativa y participó. Pero Mons. Ubaldo Santana, Arzobispo de Maracaibo, dispuso apoyo de parroquias a la iniciativa y que se involucrarían si había alguna contingencia de violencia. En el caso de la Arquidiócesis de Barquisimeto, no hubo un lineamiento de parte del obispo: se encontraba en Conferencia Episcopal y luego ameritó hidratación clínica aparentemente por cuadro de agotamiento o similar.

En algunas zonas los párrocos supusieron que las instalaciones parroquiales podían disponerse, pero no así los templos. Aunque al final muchos puntos soberanos estuvieron cerca pero no dentro de ninguna de las parroquias, según me es conocido.

La información recogida en la calle de manera personal, o por el grupo de veedores, o el testimonio de las personas fue de profunda alegría y una asistencia masiva. Pese a la censura (o autocensura en otros casos), algunas radios como Fe y Alegría, ligada a la Compañía de Jesús, estuvo reportando lo que pasaba en la calle (esto también fue prohibido por CONATEL, ente estatal encargado de las telecomunicaciones y las concesiones del espacio radioeléctrico a los privados). Personas ligadas a la red de veedores no solo constataron la asistencia masiva a los puntos soberanos, sino la exigua participación al simulacro o “feria electoral” que impulsó el gobierno de cara a la elección de los diputados para la Constituyente. En el caso de Barquisimeto, concretamente en Cabudare, una persona de la agrupación pudo ver el cierre prematuro del centro del simulacro. Por cierto, que la iniciativa del gobierno fue a última hora, buscando ocupar espacios cercanos a los puntos soberanos. El rector del CNE, Dr. Luis Emilio Rondón, único de los 5 no alineado con el gobierno, había solicitado unos dos días antes que no se hiciera en simultáneo.

En horas de la tarde fue creciendo la expectativa si la jornada iba a continuar como se estaba dando: existía el temor de que grupos afines al gobierno pudiesen subvertir el orden. La afluencia fue considerable y, en el caso de la Consulta Popular que no en el Simulacro, no solo hubo puntos que cerraron después de la hora estipulada, pues todavía había gente en las filas. Se fue realizando el conteo por mesa y, como en las elecciones de antaño, el acta suplía la manifestación de voluntad depositada manualmente en una caja improvisada de cartón. Por cierto, que hay una distribución, algo irregular en estos momentos, de una compra de ciertos productos de manera subsidiada, que se llama CLAP (Comité Local de Abastecimiento y Producción). Estos llegan en unas cajas. Como esas eran las cajas que usaron los partidos y ciudadanos para recoger los votos, esto sirvió de burla para las redes ligadas al gobierno. Cuando la lectura es otra: en Venezuela no se consiguen cajas.

Una vez contabilizados los votos (o manifestaciones de voluntad), se procedió a incinerar los cuadernos electorales: en ellos estaba registrado el nombre, la cédula o documento de identidad, la firma y la huella. No comprender el sentido es de lo que se vale el gobierno para ridiculizar el evento. Para Jorge Rodríguez, alcalde de Caracas y miembro del PSUV, el universo que manifestó su voluntad este domingo fue de alrededor de 2 millones, que la Oposición infló multiplicándolo por 3. Pero para el general García Carneiro, gobernador de Vargas, todo no llegó a más de 100 mil votantes, lo que habla, según él, del declive de la Oposición. Por cierto, para este mismo personaje los expresidentes que fungieron como observadores internacionales, del grupo IDEA (Vicente Fox de Méjico, Andrés Pastrana de Colombia, Jorge Quiroga de Bolivia, Laura Chinchilla y Miguel Ángel Rodríguez de Costa Rica) lo hicieron en relación con el simulacro de elección para la Constituyente, no para observar el proceso convocado por la Asamblea Nacional. Por cierto, que el expresidente Vicente Fox terminó siendo declarado como persona non grata por parte del gobierno, bajo la acusación de promover la intervención extranjera.

La quema de los cuadernos era algo previamente acordado, pese a que pudiese hacer falta en caso de una auditoría. En Venezuela se tiene la triste experiencia de la llamada “lista de Tascón” (Tascón fue un diputado chavista caído luego en desgracia ante el régimen y que ya murió): cuando se solicitó el referendo para revocar al presidente Chávez, la lista de solicitantes salió en manos de este diputado desde el CNE (Consejo Nacional Electoral) hasta el palacio presidencial y se montó una “cacería” de toda persona que hubiese firmado. Empleados públicos que firmaron fueron presionados para rectificar o ser despedidos. Testigo de ello fue la Dra. Rocío San Miguel, cuyo caso tuvo que resolverse en febrero ante la CIDH (la Corte Interamericana de Derechos Humanos). Y así por el estilo. Cuando la MUD hizo primarias en el 2012, el TSJ pretendía que dichos cuadernos fuesen entregados al CNE: iba a ser una forma de reeditar aquella funesta lista, que podía hacer que muchos opositores huyesen en desbandada. Con una gallardía admirable, Ramón Guillermo Aveledo y Teresa Albanes no obedecieron: quemaron los cuadernos. Por esta acción fueron multados: el monto lo cancelaron un grueso de la ciudadanía en solidaridad con su compromiso.

En Barquisimeto el grupo de Veedores pudo constatar la transparencia del proceso y el respeto del gobierno. No hubo incidentes con grupos paramilitares, aunque sí muchos rumores que resultaron todos falsos. En otras partes de Venezuela sí hubo violencia. La más notoria fue en Catia, una conocida zona popular antes bastión del chavismo, justo frente a la Iglesia El Carmen. Allí había un “punto soberano” muy concurrido, pese a ser una zona controlada por el PSUV. Un grupo importante de motorizados, paramilitares o, como se les llama, colectivos armados, realizó varios disparos. Una mujer de nombre Xiomara Scott, una enfermera intensivista jubilada de 60 años, resultó muerta y tres con heridas. La gente, en pánico, entró corriendo en la Iglesia El Carmen, donde estaba el Cardenal Urosa Savino, arzobispo de Caracas, celebrando la fiesta del Carmen (16 de Julio). El periodista Luis Olavarría, de Caraota Digital, fue golpeado y robado de sus “herramientas” de trabajo: cámara y celular.  Cuando los grupos violentos lo estaban secuestrando, la misma gente lo rescató.

En Catia, que pertenece a la Alcaldía controlada por el oficialismo, la gente se manifestó a favor de las preguntas de la Consulta. La lectura correcta no es que esa zona es opositora: si acaso, que es del chavismo disidente, crítico o democrático, como se le quiera llamar.

Desde temprano comenzaron a circular en las redes y en cadenas de WhatsApp un cálculo de unos 11 millones de personas que habría manifestado su adhesión a la propuesta de la Asamblea Nacional. Cuando los rectores de las universidades, algún tiempo después de las entusiastas palabras de los expresidentes, hacia las 11:39 pm, hicieron público los resultados, estos fueron los siguientes: con el 95% escrutado, se sacaron 7.186.170 de votos; 6.492.381 a nivel nacional y 639.789 a nivel internacional. Esto es 4 millones menos de lo esperado. El ánimo de algunos se vino abajo. Pero tiene que ver con el cultivo de expectativas irreales. Se proyectaba unos 6 millones de votos. Pero lo que tiene apariencia de haber sido una campaña bien diseñada para desmovilizar, le daba este sentido de derrota. José Guerra, economista y diputado a la Asamblea por la Oposición, en su cuenta twitter @joseaguerra, hizo el siguiente análisis: “7.200.000 votos con apenas 30% de las mesas de votación. Maduro con 100% de las mesas obtuvo 7.500.000. Un triunfo histórico del pueblo”. Para Julio “Coco” Jiménez Gélder, activista político del Movimiento Democracia, Sociedad y Desarrollo, hay un faltante de un millón de votos en estas cuentas. Según él, que dice que en su momento se sabrá, dicho faltante corresponde a la opción propuesta por la Fiscal de la República, chavista pero no madurista y contraria a la reforma constitucional: se votaba “sí” al rechazo a la Constituyente y “no”, en parte por innecesario, a que la Fuerza Armada defienda a la Constitución y se camine a una renovación de los poderes públicos. En caso que esta hipótesis sea cierta y se compruebe, explicaría los números que dan apoyo a la Fiscal y que correspondería con la realidad de las alianzas que deban efectuarse de cara a la superación de esta situación. Habría que aclarar que, si se sigue el razonamiento de la Fiscal, hay una ruptura de orden constitucional por parte del Nicolás Maduro (no sé si lo califique de dictador), 33 Magistrados entre titulares y suplentes son ilegítimos y, por lo menos, el CNE estaría faltado igualmente a sus atribuciones.


Por fin llegó el lunes

Había sido un largo día.

Por supuesto que esta reflexión no fue tan clara de manera inmediata. Debió transcurrir parte del día lunes como para palpar un poco el ambiente. Poco a poco fue apareciendo la posición del gobierno con el llamado “simulacro” para el 30J: más que “simulacro” fue “simulación”. Se comenzó a hablar del simulacro como un evento exitoso de gran participación. Se utilizaron imágenes de las colas de la Consulta promovida por la AN para ello. Se comenzó a desacreditar la participación. Que eran números inflados. Que los expresidentes fungieron de observadores del simulacro (¿?). Que las mesas debieron de cerrarse posterior a la hora estipulada de cierra (¿para un simulacro?).

Hubo un comunicado oficial también del grupo de observadores (los expresidentes).

Pero el día no terminaba de arrancar.

En la tarde me llaman para apoyar la mediación en una contingencia: los muchachos de la llamada Resistencia de Bararida, una zona de Barquisimeto donde también funciona un cuartel de la GNB, había cerrado las calles. No había violencia, pero, en Venezuela, el manual de la GNB dice que, en ese caso, hay que despejar la calle. Y aprovecharon para despejar la calle y avenida de obstáculos (escombros, hierro, cauchos, árboles…). Pero en esa labor también arremetieron contra la población en general.

Cuando llegué vi un despliegue de fuerza impresionante: debía haber unos 5 camiones para el traslado de personal militar, además de policía y unas dos o tres tanquetas y el grupo motorizado. Vecinos contaron después, puesto que fue imposible intervenir en ese momento, durante el conflicto, cómo les llegaba los gases de las bombas o los perdigones. Como tenían horas recibiendo el disparo de bombas lacrimógenas desde las tanquetas. Alguien relato cómo se metieron funcionarios dentro de una casa para acorralar y golpear con un casco a uno de los manifestantes (se llaman resistencia y tienen, por lo menos por ahora y cuanto más, algunos cohetones y morteros, que son un tipo de fuego artificial que se usa en fiestas patronales en Venezuela). Otro indicó luego del asedio que a algunos muchachos de los detenidos (al final fueron unos 9) presuntamente habían sido sembrado cuestiones que les comprometiesen: escudos, chalecos y otros artefactos de cierta sofisticación, cuando ellos usan muchas cosas de estas elaboradas de forma artesanal (esa práctica suele escucharse en distintas oportunidades y en otros eventos, hasta con la posibilidad de inculpar o extorsionar, desde armas hasta droga). Nos mostraron una perforación en una pared que la atravesaba e impactaba contra otra, supuestamente por algún arma de grueso calibre accionado por Cuerpos de Seguridad o Paramilitares en alguna ocasión de estos más de 100 días de protesta.


Un pastor evangélico, de nombre Albert Velazco, que apoyó el intento de mediación, había llegado antes. Según él contó, sabía que había órdenes que se retirasen, por lo que interpeló a la persona a cargo y consiguió su retiro.

Para el día martes en la tarde se había planificado un encuentro con la comunidad de Bararida, la que había sufrido el asedio. La idea era acompañar y ayudar dentro de lo posible a toda la carga emocional y de confusión de esos momentos. En la mañana fui a la reunión de clero con el obispo (se hace en todas las diócesis). Se desarrolló en el Seminario, que queda en una de las colinas cercanas a la ciudad. Mientras estamos allí, comienzan a llegar informaciones de diversos eventos que se iban desarrollando en la ciudad, con cruce varios de informaciones. Al final, hay grupos de la Resistencia, o sea, de aquellos que son más contundentes a la hora de cerrar calles y enfrentar a los Cuerpos de Seguridad (sin llegar a armamento sino, como dije, a molotov, morteros y cohetones) que, ante la falta de una política comunicacional y decidida por parte de la AN y MUD, quieren acortar los tiempos de las acciones. Así que tienden a desligarse del sector político y tienden a obligar a los vecinos a acatar sus manifestaciones de protesta. Cuestión muy delicada, por supuesto. Si bien detrás de esto pudiese haber varios actores, el más visible es el exfuncionario del CICPC, Óscar Pérez: en su cuenta twitter @EquilibrioGV puede verse la ruta que pretende impulsar. Queda la duda sobre las intenciones de tan enigmático personaje: ¿pertenece a un sector de la Resistencia más radical? ¿tiene función de dividir a la Oposición? ¿hace labores de inteligencia para el gobierno? Son preguntas sin respuesta… de momento.

Para la tarde del martes el eje Barquisimeto-Cabudare tenía focos de conflicto por todos los extremos: Trinitarias, Bararida, Sucre, Centro Metropolitano Javier, Obelisco, Valle Hondo, El Trigal, Terepaima, Cardenalito, Villa Roca… Había movilizaciones de la GNB, PNB, PoliLara. Se podían conseguir obstáculo y barricadas en distintas partes. Incluso con cuestiones tan sofisticadas como sacos de arena… Y Barquisimeto no era un caso aislado. Al menos se estaban dando casos en Caracas, Táchira y Lecherías, localidad esta última que fue escenario de una brutal golpiza contra un muchacho, captada en días pasados. El martes en la tarde me quedé apoyando actividades de diversos grupos desde la difusión por redes sociales. La experiencia del día anterior me decía que debía ser prudente y no exponerme consecutivamente a experiencias que demandan una capacidad de atención superior a la habitual.

Un grupo de periodistas me mandaron la imagen de un cuerpo quemado. Me indicaron que se trataba de un suceso que acababa de ocurrir en Lecherías (Edo. Anzoátegui). La información del día siguiente por diversos medios no era clara: aparentemente es el cuerpo de Héctor Amuello, que algunos identificaron como miembro de un colectivo armado (paramilitar), que fue abatido con un mortero por vecinos que se sentían asediados. Otra versión dice que esta persona se cayó de una motocicleta, en la que iba de pasajero, por el impacto del cohetón y luego fue arrollado por una tanqueta que no lo vio, puesto que había muchísimas lacrimógenas en ese momento. También que vecinos lo apedrearon y quemaron…

En Venezuela sigue habiendo mucha incertidumbre. Muchos procesos irregulares. Muchas detenciones arbitrarias. Jóvenes de la Resistencia inculpados de manera sospechosa, como en El Trigal, donde fue destruida una sede del SENIAT (el ente recaudador de impuestos) por personas no identificadas, pero diferentes a quienes se llevaron detenidos. Miembros de la Resistencia “secuestraron” por algunas horas un par de gandolas, para saber del paradero de los suyos (porque saber los centros de detención para propia asistencia jurídica es toda una proeza). Y, en los casos de mediación u otro tipo de asistencia, encontrarse con los rostros cansados y entristecidos de funcionarios uniformados, que acatan órdenes luego de más de 100 días de protestas…


El encuentro con el Brief

Esta mañana, como siempre, abrí el Brief de Actuall (www.actuall.com). Una vez más me conseguí con los comentarios del señor Justo Paz. En él ofrecía un enlace con la entrevista dirigida por el conocido periodista Walter Martínez al gobernador de Vargas, Gral. García Carneiro. Llama la atención el cinismo de la misma. Porque Walter Martínez ha sido un comunicador que ha gozado de gran prestigio y de mi admiración. Su Dossier (así se llama su programa), al menos los de antes, contextualizaban las noticias internacionales de manera magistral. En gran parte acompañó mi formación como para entender algo de geopolítica e intentar analizar. Pero de un tiempo para acá, él, que fue militar y luego corresponsal de guerra, la lealtad a la cadena de mando se transformó en el pináculo de sus valores. De hecho, el programa se suspendió en el 2006. Al tiempo, regresó. Lo he seguido poco, pero pareciera más sesgado. Y el link https://www.youtube.com/watch?v=SAAz2IT38KA contrasta con sus mejores tiempos, porque termina siendo un trabajo de propaganda.

Con cuestiones tan retorcidas como la crítica a la Iglesia venezolana a los 10’35”: le comenta Walter Martínez al gobernador, que la Iglesia de Tierra Santa, en la década de los sesenta en Uruguay, el mensaje desde el púlpito era de tipo progresista, en contraste con la política conservadora de los partidos de entonces ¿Era la Iglesia de entonces una Iglesia ideologizada políticamente o del lado del pueblo y de los pobres? Porque la Iglesia venezolana no está ideologizada, pero sí está en favor de los sin-poder, especialmente los viejos y nuevos pobres. Y no cae en la trampa de la seducción progresista, porque el progresismo solo puede ser fiel, con radicalidad, a la dignidad de la persona. Por cierto, que en el neo-lenguaje, progresismo termina siendo sinónimo de socialismo. No lo uso en esos términos, como tampoco en un conservadurismo de compota (de conserva) …

Pero esta variopinta crónica quedaría incompleta sin hablar del Sr. Justo Paz. Tal señor existe: su Facebook es https://www.facebook.com/justo.paz.98 y en twitter es @JustoyPacifico. Tiene un blog que es www.elblogdejustopaz.wordpress.com . Solo que hay un pequeño detalle: es profundamente crítico del gobierno y del chavismo. Esto dice de sí, en su perfil de Twitter: Periodista freelance venezolano crítico y opositor a todo acto injusto; soy el verdadero, mi alter ego es el otro que anda por ahí...”

Espero que el amigo que escribe no sea el otro Justo (“que anda por ahí”). Porque su presentación en Facebook, de este que dice que vive en Barquisimeto, sería la siguiente: “yo no soy flojo, nací cansado!” Pero tampoco lo creo: esta es una humorada propia de la región sobre la plataforma de una red social creada para encontrar amigos…

Son las 11:34 pm. Se oyen a lo lejos un estallido como el de un par de detonaciones. Queda la incertidumbre si se trata de algún procedimiento o no. Este jueves hay un paro indefinido. La agenda política opositora no parece asertiva en su agenda. La ciudadanía de calle y los manifestantes consuetudinarios de estos más de 100 días de sacrificios exige una direccionalidad ¿Quién la dará? ¿Alguien de la MUD tomará el toro por los cachos? ¿La Fiscal llenará esa falta de liderazgo?


Se oye una tercera y cuarta detonación. A veces se nos olvida que también existe el hampa común. Igual, a esta hora, no hay respuestas precisas…

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