VENEZUELA: EL PAÍS CON LA MAYOR VELOCIDAD DEL MUNDO EN CAMBIOS DE ACONTECIMIENTOS



Los acontecimientos se suceden en Venezuela de manera precipitada. Esto dificulta el análisis, por supuesto. Pero también el pronóstico.

Con tres meses de protesta y más de 90 asesinados, unos 3 mil heridos y cientos de detenidos, el gobierno busca ser más osado en sus maniobras. Tiene la calle, la Asamblea y la Fiscalía para neutralizar, con el ansia de conseguir un control total trámite la Constituyente, aunque no de esta única forma. Las oposiciones, pues corresponden tanto a la Oposición oficial o MUD, a las que se suman otras disidencias del chavismo y a las manifestaciones de calle como también los grupos autodenominados “Resistencia” maniobran igualmente de forma que pareciera, para algunos, que van cerrando el cerco.

En el día martes 27 de junio Nicolás Maduro, quien para unos funge como presidente, pero para otros, como Organizaciones de Defensa de Derechos Humanos, rompió hace tiempo el hilo constitucional (no hay reconocimiento de la Asamblea Nacional, le quita competencias y gobierna en varios asuntos por decreto, maniobró para evitar el Referéndum Revocatorio del año pasado, busca sustituir a Fiscal de la República, sin enumerar el prontuario que lo incriminaría como violador de Derechos Humanos, cercano al narcotráfico y corrupción), amenazó con defender la revolución con las balas, si no lo conseguía defenderla con los votos. Por otro lado, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) acciona para destituir a la Fiscal de la República, cosa que le correspondería constitucionalmente a la Asamblea Nacional, además de abalar las bases comiciales propuestas por Maduro para la elección de los constituyentistas. A su vez, un helicóptero del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalistas (CICPC) por su cuenta sobrevoló la ciudad de Caracas con una enorme pancarta con el número”350”, artículo de la Constitución que invita a la desobediencia cívica para restablecer la Constitución y aparentemente lanzó algunos artefactos explosivos al TSJ. Horas después se supo que era un funcionario élite del organismo: Óscar Pérez.

Habría que considerar que las elecciones en Venezuela son universales, directas y secretas, con base porcentual a la población según territorios, como es en el caso de diputados. No solo hay una violación de los plazos de convocatoria e inscripción de candidatos, sino que algunos tienen reseñas policiales por delincuentes (pero es que el mismo presidente del Tribunal Supremo de Justicia estuvo preso por asesinato y recibió un indulto). Eso, para los que habitamos esta “tierra de gracia” (así la llamó Cristóbal Colón en su tercer viaje al continente americano), es una manera de encubrir, junto con un sistema de representantes por municipio tipo colegio electoral americano y elecciones por gremios (como en Cuba), que quienes se sentarán son los mismos que están gobernando. Todo esto viola la Constitución que prevé que el pueblo sea el que convoque a la Constituyente (Art. 347), y que el presidente, la Asamblea, los consejos municipales y el 15% de los ciudadanos solo pueden tener la iniciativa (Art. 348): llamar al Pueblo para que la convoque (no plantea el mecanismo, pero la Asamblea Constituyente de 1999 fue por referéndum consultivo). Además, que la ratificación de la misma correspondería igualmente al pueblo (cf. Art. 5).

Por distintas razones considero que el juego no se les está dando: para finales de julio debería conformarse la Asamblea Nacional con poderes supraconstitucionales (podría abrogar Asamblea, Fiscalía, y cualquier otro poder constituido) o dictatoriales (Oscar Yánez, conocido periodista venezolano). Distintos sectores le están haciendo frente, a los que se encuentra como ariete la Fiscalía y el Parlamento.

Mientras la calle sigue muy movida, sea por protestas por falta de comida, gas, medicamentos o razones políticas, un helicóptero sobrevoló el cielo caraqueño. Diversas interpretaciones se pretenden dar. Llama la atención que sea en simultáneo, casi, con la alocución de Maduro (¿presidente?) y las decisiones del TSJ: ¿era un elemento distractor? Algunos consideran que Maduro está emulando a Erdogán. No estoy seguro. Creo que hay muchas dudas que despejar. Lo que creo evidente es que el gobierno intentó usar esta actuación (el protagonista de los hechos es un funcionario policial de élite, que protagonizó una película venezolana) para atraer la solidaridad del mundo y obligar a la Oposición a lo mismo, cosa que no ocurrió. Por cierto, que los diputados estuvieron el día anterior encerrados en la Asamblea junto con los periodistas hasta altas horas de la noche, porque paramilitares rodeaban el edificio con gritos, amenazas y cohetones; el coronel Lugo, de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), responsable de la seguridad del hemiciclo, no solo no defendió a los diputados, sino que irrespetó la majestad del presidente de la Asamblea y de otras diputadas. Hay que señalar que el referido coronel tiene expedientes abiertos que lo asocian con complicidad en secuestros, sin que se hayan concluido las investigaciones.

La actual “administración”, todos del círculo cercano del presidente Chávez, han demostrado una escasa capacidad para innovar sus soluciones. De forma que tienden a repetir y reprimir. Llama la atención el grado de incapacidad, lo que hace preguntarse sobre la necesidad interna del difunto presidente de rodearse por personas mediocres: ¿para sentirse seguro? ¿para no ser cuestionado? ¿para ser adulado? ¿buscaba solo a los leales? ¿para no ser descubierto en su superficial formación? Por lo que una teoría que merece ser estudiada corresponde a los eventos de Abril del 2002, cuando el presidente Chávez es depuesto por unas horas para luego ser traído de vuelta y “coronado” por el pueblo: fue el momento en que ambos, pueblo y presidente, sellaron su pacto de amor, en clave afectiva más que estratégica, aunque la beneficie. Era para muchos su presidente, que los representaba y defendía de la burguesía. Pero también el presidente supo del poder de las bandas de delincuentes de la gran Caracas, con lo que algunos suponen que se iniciaron alianzas que hasta hoy perduran.

Maduro uso la escenografía del golpe para ser aclamado, y no ocurrió. Recibir la solidaridad internacional, y no ocurrió. Obligar a la Oposición a pronunciarse, y no lo consiguió. Activa discurso y acciones en contra de un golpe de Estado que analistas descartan. Atrapado en su trampa, solo le queda seguir el libreto: sus hombres, como el Canciller (Samuel Moncada) y el Defensor del Pueblo (Terek William Saab) encaran al país en cadena nacional. Argumentos contradictorios y poco convincentes. Al menos el primero terminó expresando que la vía de la paz era votar por la Constituyente (era de esperarse). El rostro del Defensor del Pueblo era de auténtica preocupación. A esto se suma el tono altisonante y poco gestual del presidente Maduro, en una intervención donde se bamboleaba sobre sí mismo mientras amenazaba, ocurrida el 26 de junio.

Y el libreto preveía también el recrudecimiento de la represión. De manera extraña, cuando se pensaba que Diosdado Cabello iba a pasar al olvido, sus compañeros de promoción de la Academia Militar comienzan a ocupar carteras importantes y este domingo 25 de junio a ponerse al frente de las REDI (Regiones Estratégicas de Desarrollo Integral, que son de índole militar). Y Diosdado, que no consideran que sea afín al gobierno cubano, puede buscar la presea de dominar y doblegar a sangre y fuego a la Oposición en la calle. Ya en abril circuló un audio creíble en el que unos generales hablaban de usar francotiradores para repeler manifestaciones.

Es lo que se cree viene ocurriendo. Las manifestaciones y acciones opositoras tienden a mantenerse y de manera exitosa. Puede que algunos acusen cansancio, pero ahí está la inteligencia del liderazgo interno que guía la calle. En algunas zonas, como en la ciudad de Maracay, luego de un trancazo (se cerraron las vías con el embotellamiento consecuente) gente de sectores populares (según dicen) iniciaron los saqueos a negocios. Y ni la Guardia ni la Policía intervinieron: ¿impotencia? ¿complicidad? ¿forma de criminalizar a la oposición? ¿forma de castigar a quienes osen pisar el asfalto?

Entre miércoles y jueves la represión fue brutal en Barquisimeto: 4 asesinados en un solo día, según cifras oficiales. Se orquestaron los paramilitares (colectivos armados), la Guardia Nacional Bolivariana, la Policía Nacional y hasta PoliLara, la policía estadal que ahora está en manos del gobierno. No solo hubo saqueos y terror, sino que dichos “colectivos” entraron en una clínica y robaron los equipos de informática y a todas las habitaciones (Clínica Acosta Ortiz y no sé si otra). La clínica San Juan prefirió cerrar sus puertas para salvaguardar tanto a pacientes como a su personal (no tengo el dato de la hora en que pudieron retirarse). Hay noticias de otra clínica que fue militarizada: la clínica Camila Canabal. Hay imágenes espeluznantes propias de los peores tiempos del nazismo en el que se detienen y esposan a jóvenes, quizás adolescentes, y se les mete en el depósito de un camión acondicionado como para trasladar carne. Con la puerta apenas abierta una palma, se les dispara gases lacrimógenos que penetran en el recinto. Se habla de jóvenes desnudados y vejados, cosa que investigan las organizaciones de derechos humanos. Y hay una información lo suficientemente confiable que señala a funcionarios de la GNB introduciendo trapos empapados en gasolina en la boca de unos muchachos, obligando a tragarla…

Hay información del ministro Reverol y otros militares de alto rango, junto al comandante Luis Reyes Reyes, quien es presidente de CorpoLara y ejerce una especie de gobierno regional paralelo al gobernador Henri Falcón. Dicho comandante con su hijo han sido señalados de dirigir a los colectivos armados, sin que se haya iniciado investigación alguna.

Lo cierto es que las noticias de represión no son buenas. Para referirme a la ciudad de Barquisimeto, donde vivo (aunque estoy fuera de la ciudad en estos momentos, por razones personales), la manifestación opositora ha sido totalmente exitosa. Pero al igual la represión que le siguió. Roberto Durán, un manifestante, ha sido asesinado. Reportan represiones con armas de fuego con un grupo mayor de heridos que en otros momentos. Detenidos y desaparecidos. Los detenidos son torturados. Se les niega o posterga atención médica. Muchos heridos buscan ser atendidos por fuera de los centros de salud, donde serían detenidos. La gente se siente aterrorizada y al menos uno o dos puestos policiales han sido incendiado. Todo esto en al menos cinco puntos del área metropolitana de Barquisimeto (Barquisimeto y Cabudare).

Se dice de manera creíble que se ha pasado a un nivel de represión mayor, que tiene el legendario nombre zamorano de “tierra arrasada”: en el siglo XIX Ezequiel Zamora usó esta táctica en la Guerra Federal, con la amenaza de “muerte a todo el que sepa leer y escribir”. Se ha querido mitificar su figura como un socialista prematuro. Dentro de un nivel superior del Plan Zamora está el de “tierra arrasada”: se aterroriza a la población con los colectivos armados (paramilitares), se propicia o permite el saqueo ( se arruina a la persona privada, como castigo por manifestarse en contra del gobierno o por apoyar de múltiples formas a la llamada “Resistencia”); y se busca controlar los mecanismo de imputación a los anteriores por parte del Ministerio Público. Información confiable indica que la experiencia de terror, vejaciones, ruina, muertos y saqueos piensa replicarse en otras zonas del país, iniciando por Mérida.

Pero estas manifestaciones de fuerza lucen un tanto desesperadas. De ahí lo peligroso. No parece que se haga desde una posición de superioridad blindada. Sugiere lo que se viene diciendo: un resquebrajamiento acelerado del poder que, de no haber acuerdos con soluciones negociadas y de elecciones, pudiesen llevar, a mi parecer, al interregno de Diosdado Cabello. Efímero, por lo demás, sin necesidad de realizar vaticinios en una bola de cristal.

Mientras tanto, la GNB hace negocios con los detenidos: liberarlos o concederles beneficios de acuerdo a tarifas que oscilan desde los $ 2.000 a los $ 50.000. El socialismo del siglo XXI hace que el hombre nuevo trate a su prójimo como una basura intercambiable, la peor versión de una mercancía que haría enrojecer al mismísimo Marx. Y la Mesa de la Unidad Democrática no termina de hilvanar una estrategia coherente en esta situación.

Pero después que pase esto, porque pasará, se entrará a un periodo incierto, quizás inestable, si todas las fuerzas no se empujan abnegadamente hacia gobiernos de corrección política, social y económica, que deben apoyarse, sin descuidar a los más desfavorecidos por estas complicadas correcciones.





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