VENEZUELA: ENTRE LA CORDURA Y EL DELIRIO
Estaba bajando por la cuesta hacia los edificios color gris
prefabricado, que tan bien conozco. Unas 8 torres. Pero, a diferencia de otras
oportunidades, parecía que toda la comunidad estaba en la calle. A corta
distancia, justo detrás del último edificio, se incrusta contra la ciudad la
autopista, tal como si fuese una inyectadora que está ahí para inocular carros
(coches). Esa zona del este de Barquisimeto se conoce con el nombre de “El
Cardenalito”.
Desde donde estaba se escuchaban disparos y explosiones con
una frecuencia sobrecogedora. Momentos antes se había intentado algún tipo de
intervención en el conflicto de parte de organizaciones de Derechos Humanos
junto con la Vicaría de la Arquidiócesis, aun cuando parecía que las
condiciones no estaban dadas. Así que no
se pudo bajar la intensidad del conflicto o intentar cualquier otro arreglo. Ya
iban unos 60 heridos, un saldo totalmente desproporcionado en relación con los
días anteriores. Al final del día llegaría a más de 100, aunque solo unos 3
fueran de cierta gravedad. De ahí que todos los vecinos estuviesen en la calle,
y no como simples exploradores.
Eran alrededor de las 4 pm.
18 horas antes
El día anterior, miércoles 19 de Julio casi rayando la medianoche,
cuadrillas militares y equipo estuvieron removiendo las barricadas tanto en el
sector como en otras partes de la ciudad. Las explosiones reportadas en la
anterior entrega tuvieron que ver con eso. En el Club Hípico Las Trinitarias,
distante un poco más de un kilómetro del Cardenalito, la impotencia se vistió
de dignidad y, mientras los uniformados reprimían “preventivamente”, los
vecinos caceroleaban y hacían sonar las vuvuzelas, esas que en otra Venezuela se
habían podido comprar, cuando el Mundial de Sudáfrica 2010.
Por distintos sectores de la ciudad y del país se mantuvo el
mismo operativo. La MUD (Mesa de la Unidad Democrática, coalición de partidos
opositores, de diferentes tendencias) había convocado a un paro de 24 horas para
el jueves 20 de julio. La llamada Resistencia, es decir, los grupos organizados,
algunos con una dosis mayor de virulencia mientras otros de tipo frontal pero
controlado, que está en las calles y en barrios y urbanizaciones, lo combinaron
con un “Trancazo”: obstruir las vías de comunicación. Los Cuerpos de Seguridad
buscaban romper la toma de las calles, especialmente en los puntos neurálgicos.
Mientras la Oposición-Resistencia hacía lo posible por mantenerla en su poder.
Era una manera de decir: “el país no está normal ni normalizado ni bajo el
control del gobierno”.
La situación en la zona de enfrentamiento era curiosa:
quienes accionaban sus armas de perdigones era la Policía Estatal, PoliLara, mientras
a un lado estaba un grupo de GNB (Guardia Nacional Bolivariana) sin intervenir.
La policía estaba en la autopista, pero entre dos bandos: los que protestaban
bien apertrechados de piedras, cohetones y molotov hacia el norte de la
autopista, mientras que hacia el sur otro grupo protestaba con piedras y
consignas, algunas de ellas más certeras que los dardos. “Yo lucho también por
ti, policía, porque también tú tienes hambre”. O más deslenguados, como
“policía vendido, estás vendiendo tu patria”. Por supuesto que todo esto se
dice en Venezuela, como en cualquier otra parte, con un florilegio de
expresiones altisonantes, pero muy acordes con la situación de desespero real y
de lucha de este país, en la crisis silente de los hidalgos de antaño:
rebosantes de supuesto honor, pero pobres de solemnidad.
Todas estas escenas se seguían paseando por mi cabeza en la
medida en que me acercaba más a las construcciones de 12 pisos que flanqueaban
la calle. Mientras veía a los vecinos muy determinados a acompañar las
protestas y cumplir con la tarea asignada por la MUD. Si no están los vecinos
en la autopista que se debía cerrar, están los muchachos, esos que llaman
“libertadores”, “escuderos” o “guerreros”. Son los nombres de aquellos que
suelen aparecer en la memoria fotográfica de estos días. Pero por detrás hay
toda una logística ligada a la alimentación. Si se quería tomar la calle todo
el día, había que prepararse. Y no hacía falta consultar a una pitonisa para
que Apolo revelase que iba a haber algún tipo de confrontación. Así que la
contingencia también preveía la atención a los posibles heridos.
Grupos de voluntarios habían organizado un modesto hospital
de campaña en uno de los sectores. Allí llegaban las personas maltrechas por
los enfrentamientos. Sin importar quienes fuesen, eran atendidos. Lo mismo
hubiera dado que se tratase de un funcionario policial o GNB. Organización y
mística (¡mucha mística!): “Yo en el herido atiendo a Jesús sufriente”, decía
alguna de los voluntarios. Mientras estaba escuchando el “parte de guerra”, me
fijaba como, en un país con un sistema de salud por los suelos, se hacía lo
posible solventar cualquier situación. En algunos sectores se ha dado el que
entre los vecinos corra la voz de algún insumo médico que haga falta, y de
alguna manera aparece.
- -Alguna
gente de otras partes del mundo dice que, los voluntarios que atienden la
salud, deben hacerlo pidiendo un “cese al fuego” entre las partes ¡ni se
imaginan lo que es esto!
Es cierto. Es el comentario usual de quienes tienen
familiares o conocidos en otras partes, o que han estado en contacto con
organismos foráneos.
- -Yo
les repito una y otra vez a unas amigas de España lo que está pasando, y no
consiguen entenderlo.
Los organismos internacionales tienen sus protocolos. Por
ejemplo, la Cruz Roja y la Media Luna Roja tienen un protocolo de atención en
caso de conflicto armado. Es cuando iza y despliega su tienda de campaña con
ubicación visible y estratégica, que no debe ser atacada. El otro protocolo que
usa esta conocida organización internacional es en caso de desastres naturales
¿Cómo explicar que en Venezuela el Estado utiliza su Fuerza Armada – de momento
GNB- para reprimir al pueblo de manera brutal y desproporcionada? ¿Qué busca
confinar a las familias a sus casas para que abandonen su afán de protestar,
mediante el recurso al terror? ¿Qué busca someter al pueblo con vileza para imponer
una hegemonía en el poder? ¿Qué hace lo posible para inculparlos? Para esto no
hay un protocolo acorde.
Como no hay protocolo para las palizas salvajes, las
torturas, llevar detenidos y amenazar (cf. Laura Weffer Cifuentes, OEA
revela patrón en torturas a los detenidos por protestas y manifestaciones);
suspender en el aire, con el cuerpo en el vacío, en el último piso de algún
edificio para obligarlo a tomar las pruebas que lo incriminen, con una fotografía,
como terroristas. Que grupos armados paramilitares estén durante horas acosando
a comunidades, sin que las comunidades puedan recibir ayuda de algún Organismo
de Seguridad del Estado. Como no hay protocolo para que un reportero pueda
cumplir su trabajo, sin ser golpeado y vejado, como el sábado 22 de julio
ocurrió en Caracas con cinco de distintos medios (Rafael
León, Daniel Blanco, Carlos Torres, Mildred Manrique y Marce Peña), pero
especialmente en el Edo. Lara, donde vivo, pues el reportero Luis Díaz, de La Prensa de
Lara, terminó con varias costillas rotas.
En los últimos años, especialmente durante el 2013 y 2014,
cuando un muchacho llegaba a la emergencia de una clínica u hospital, por haber
recibido alguna herida de gravedad mientras protestaba, ese muchacho era
esposado a la camilla o simplemente arrancado de ahí para ser llevado a un
centro de reclusión. Para el 2017 ningún herido en manifestaciones puede ir a
un centro médico. Debe resolver su situación por otros medios, si no quiere
arriesgar su suerte al capricho militar…
Esta ausencia de lógica hace que los parámetros
internacionales se vean desfasados. Que en el Medio Oriente ISIS no respete
ciertos estándares, eso se entiende. Quizás por prejuicios de supremacía
cultural Occidental y los videos de las decapitaciones. Pero que en un
conflicto no abierto ni convencional ocurra esto, hace que estallen las
neuronas. No es lo que se esperaría de Venezuela, con todas las dificultades
conocidas. Un conflicto donde, de un lado, hay militares (alguno de sus
componentes) y, del otro lado, civiles desarmados.
Con todo, ha habido situaciones en los que la Cruz Roja ha
intervenido para atender a algún herido. Inclusive se acercó con su bandera
ondeante al Cardenalito.
¿Cómo se llegó hasta aquí?
Ya son más de 100 días de protestas. El año pasado se negó el
referendo para revocar el mandato a Nicolás Maduro, cuestión que está
contemplada en la Constitución. La nueva Asamblea Nacional, dominada por la
Oposición, comenzó su mandato el martes 5 de enero del 2016. Desde ese momento
se le fue despojando de muchas de sus atribuciones. Una serie de vacantes del
TSJ (Tribunal Supremo de Justicia) fueron llenados entre gallos y medianoche en
prácticamente los últimos 15 días del 2015: el proceso de selección se hizo de
forma atropellada, sin respetar los lapsos de los tiempos, con unos personajes
sin la formación académica necesaria ni los postgrados que amerita dicho cargo,
como reza en la Constitución. No solo sin los años como docentes, sino tampoco
con los años de ejercicio requeridos. Alguno con extraños estudios de pre-grado
en el exterior (¿si habrá estudiado?), pero otros sindicados de asesinato, con
cárcel, como en el caso de Maikel
Moreno, el presidente del TSJ. Salió de la cárcel por beneficios
procesuales. El único requisito, por lo visto, era ser incondicional con “el
proceso” (término como se conoce a los cambios impulsados por Hugo Chávez, y
que parecían apuntar hacia una clonación de la revolución cubana, con
imaginario bolivariano).
Estos acontecimientos, más la decisión desacertada de Nicolás
Maduro y el TSJ de terminar de desnudar a la AN de atribuciones para
adosárselas al TSJ, hicieron que el 31 de marzo pasado la Fiscal de la
República, Dra. Luisa Ortega Díaz, hablara de una ruptura del orden
constitucional. Desde entonces, aunque ya era la consideración para un buen
grupo de ONG’s meses atrás, la opinión pública califica a Nicolás Maduro como
dictador. El forcejeo por destituir a la Fiscal, que fue otra jugada del
régimen, no termina de darse: la Fiscal no ha dado su brazo a torcer y, por
ejemplo, el gobierno no ha conseguido imponer a una vicefiscal a su
conveniencia (no se la ha recibido en la sede de la Fiscalía). De hecho, aun
cuando algún medio internacional yerre por desconocimiento de la legislación
venezolana, la destitución de la Fiscal debería hacerla la AN, previo
pronunciamiento del TSJ … Tal cosa no ha ocurrido y no parece que vaya a
ocurrir. Pero la siguiente mano de baraja la tiene la Asamblea Nacional
Constituyente.
La alianza MUD, mayoría de la AN, convocó un plebiscito el 16
de julio, donde más de 7 millones de venezolanos votaron en rechazo a la
Constituyente de Maduro, exigieron a la FAN y cuerpos de seguridad de respetar
a la Constitución y caminar hacia un gobierno de unidad nacional. Para la
calle, especialmente a la llamada Resistencia, le pareció timorata la manera
cómo la Oposición administró este triunfo. Y la primera acción contundente fue
este paro de 24 horas, elevado a “trancazo” por algunos. Seguía siendo una
forma de rechazar el proyecto constitucionantista.
De hecho, la Constituyente ha tenido incógnitas tan evidentes
como los huecos que deja en la ropa la polilla. No tiene un rumbo fijo que
justifique de manera pública su convocatoria. Lo que no quiere decir que no
haya una agenda escondida. Aunque sea la de mandar de manera indefinida de
forma supraconstitucional. En la convocatoria (que está en un decreto
“presidencial”), queda claro que, entre las motivaciones, está la de excluir la
legitima disidencia en temas políticos. El protestar es anti-patriótico, por lo
que sería prescrito. Todo tiene que ver con la guerra económica, que es para el
gobierno la excusa de su fracaso en economía. Por supuesto, está la referencia
a la injerencia extranjera. Y, last but no least, el Estado comunal. Por ahí se
filtró algún documento de uso interno, donde aparece ciertas líneas más de
corte estatista y comunal (¿la propiedad privada-comunal? Enmascaramiento
propio del neolenguaje revolucionario). Y no falta algún abogado que alerte
sobre su similitud con la Constitución cubana. O alguno que quiere acallar al
pensamiento contrario como “instigación al odio” (¿inspiración de leyes
podemistas en relación con el LGTB?). Almagro, el secretario de la OEA, en días
pasados comunicaba la conclusión de la Comisión
de Venecia, donde se señala que el proyecto de constituyente es violatorio
de los cauces que establece la Constitución para su reforma, enmienda o
convocatoria de Asamblea Constituyente.
Si la instalación de la ANC (Asamblea Nacional Constituyente)
es el puerto de desembarque para el grupo vinculado al gobierno, una
alternativa para adornar el mandato perpetuo de Maduro y sus secuaces, la traba
ha sido el convencimiento de la población sobre su carácter fraudulento. Están
las llamadas “bases comiciales”, conjunto de condiciones sobre las que el
gobierno monta la convocatoria y elección de los diputados para esta. Se da una
desproporción entre el peso de las zonas más pobladas y aquellas con más
municipios (un representante por municipio, sin importar la densidad
poblacional). Pero también hay un voto por gremio, según haya sido calificado
el votante (los gremios son los seleccionados y reconocidos por el gobierno). Y
hay también voto por los conejos comunales (que el gobierno solo reconoce si le
son afines, no si le son opositores). Al final, una persona emitirá unos 3 votos,
pero otro 2 y otro alguno, según entiendo de todo este enredo. Pero, además,
aunque por Ley en Venezuela se debe votar solo con la cédula de identidad (DNI)
o pasaporte, en ésta el elector puede votar con el Carnet de la Patria: es la
versión digital de la cartilla de racionamiento cubana, con una identificación
y doble numeración. Se dice con bastante credibilidad que el número que no
corresponde al del documento de identidad (cédula de identidad), corresponde al
documentos de identidad de alguna persona fallecida que mantiene su nombre en
el registro electoral. De tal forma que una persona emitiría el equivalente al
sufragio de dos. Pero tampoco hay tinta indeleble y la gente puede votar en
centros distintos al suyo. A lo que surge la pregunta: ¿votará más de una vez?
Nada de esto es desechable, cuando en el simulacro electoral del 16 julio la
participación fue mínima. Hoy 25 de julio, sigue habiendo mucha confusión (ni
siquiera se tiene la certeza de las direcciones de los centros de votación). Por
lo tanto, la exigua participación que necesita ser multiplicada por 2, o 3,
para cubrir las apariencias internacionales.
Ese jueves 20 de julio
Así estaban las cosas de candentes ese día. Como en El
Cardenalito-Fundalara, lo estaba el resto del país. Pero en zonas no tan
lejanas, como las Doñas, en el extremo oeste de la ciudad, o en Cabudare,
ciudad dormitorio (urbanismos como La Hacienda, Valle Hondo y Ciudad Roca), donde
la represión se llevó a cabo con otros componentes y otras armas (no ha salido
el Ejército, pero sí hay varios grupos especializados, como el CONAS, Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro, y el SEBIN, Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional,
se dice que salen delincuentes de la cárcel también para hacer el trabajo sucio).
Hay reportes confiables de disparos con balas. Si bien en El Cardenalito no
hubo detenidos, no así en otras partes. Algunas ONG’s consiguieron acercarse a
los llamados “puntos calientes”, pero no fue tan fácil.
En el caso de El Cardenalito, en un momento se dio la
retirada de todos los cuerpos de seguridad. No es fácil precisar la razón. Una
poblada enardecida se acercó para protestar su descontento ante la comisaría de
policía estatal de Fundalara. Esta es una zona de casas de política social de
los años 70, aproximadamente. Queda el temor, por mensajes de Óscar Pérez en su
cuenta twitter, si era protesta o se quería quemar. Dudo lo segundo por la
cercanía del resto de viviendas. Pero el descontento ante la actuación policial
era evidente (su actuación permitió presuntamente la libertad de Carlos Roldán,
jefe de los colectivos paramilitares agarrado en flagrancia). En algún sitio,
como en el barrio La Carucieña, un puesto de la GNB fue quemado por la
comunidad, sin que estuviese allí funcionario alguno. Lo cierto es que en
cuestión de minutos tres camiones de transportación (que en Venezuela le dicen “perreras”)
de la policía llegaron a las inmediaciones, y saltaron la suficiente cantidad
de policías como para tomar el control de la situación.
Con el final del día se acababan allí los enfrentamientos. Un
policía cansado y de mirada triste me dijo: “los muchachos creen que uno está
con el gobierno; ellos protestan por el asunto de la Constituyente; pero si
ellos cierran las calles uno tiene que intervenir, porque están afectando el
libre tránsito, como está en la Constitución”. Tal ha sido el comportamiento de
la policía a lo largo de las últimas décadas: una calle cerrada es sinónimo de
represión policial, pues lo reglamentario consiste en asegurar la libre
circulación. Lo cual no exime de los abusos de autoridad de antes o de ahora.
¿Qué se está cocinando en el ambiente?
Amaneció el día viernes. La Asamblea Nacional no pudo
sesionar en el Palacio Legislativo. El martes lo impidió el mismo piquete de la
GNB que debía resguardar la sede del Poder Legislativo. Sesionó en la plaza Alfredo
Sadel, dentro del municipio caraqueño de Baruta, que está en las manos de
la Oposición. Si la AN y la Fiscalía consideraban vacantes los cargos del TSJ
(de hecho, más bien se trataría de usurpación de cargos de parte de 33 personas),
había que nombrar a los Magistrados reales. Fue lo que hicieron. Tal situación,
tomada en serio, crea una crisis de poder: ¿quiénes son los legítimos? ¿a quién
debe obedecer los Cuerpos de Seguridad?
Ya Maduro amenazó con apresar a todos y cada uno. El primero que
cayó, ese sábado 22 de julio, fue el Magistrado Zerpa: preso sin
consideraciones. Era una persona cercana a la Fiscal de la República. Ya para
hoy, 25 de Julio, hay otros 2 detenidos. Canadá ha levantado su voz, porque
considera un procedimiento írrito. Si Maduro ha roto el orden constitucional, no
se sometió el año pasado a evaluar su gestión en un referéndum querido por la
gran mayoría y si tal nombramiento compete a la AN, único poder con legitimidad
de origen indudable (independientemente de lo que diga el TSJ, cuyas decisiones
están viciadas inclusive, de conflicto de interés), es lógica la postura
canadiense.
De paso, los Magistrados fueron presentados ante un Tribunal
Militar acusados de “traición a la Patria”. Y, en el caso del magistrado Zerpa,
dicen que está recluido en un baño, pues no hay otro espacio en el Helicoide
(la sede del SEBIN). E inició una huelga de hambre.
Ese día viernes, que parecía ser un día destenso (el fin de
semana fue relativamente suave para manifestantes y cuerpos de seguridad), se
dio una situación por fuera de todo lo razonable y previsible. Un grupo de
muchachos de la Resistencia se les ocurrió secuestrar una gandola (camión con
remolque) de transporte de gas, en El Cardenalito. La atravesaron en la
autopista y amenazaron con incendiarla (supuestamente estaba vacía). Por
supuesto que nadie de la comunidad apoyó la acción. No se necesita de mucha
imaginación como para considerar el riesgo de calcinar todo a unos 500 mts a la
redonda, si no más, si pasaban de la amenaza a los hechos.
Enseguida se generó una alerta dentro de las redes de las
Organizaciones. Un grupo de ONG’s acudió al sitio para intentar ver cómo se
corregía el entuerto. Parte de la acción le correspondió a un pastor evangélico.
Conversó con alguno de los muchachos, luego se acercó a la Brigada XIV, a unos
300-400 mts del lugar, donde estaban concentrados todos los cuerpos de
seguridad. Allí fue testigo de cómo se preparaban los efectivos para tomar el
control a como diese a lugar. Una notable cantidad de unidades de
transportación, tanquetas, motorizados, equipos para remover el transporte salieron
de un solo golpe.
Pero, por alguna razón, cuando llegaron al sitio se lo consiguieron
desierto: solo estaba el vehículo. No hubo ninguna dificultad para removerlo.
Había sido una acción demencial, cuya finalidad, según se decía, era la de negociar
la liberación de un grupo de casi 30 detenidos de la jornada de protestas del
día anterior. Aun cuando en estos más de 100 días de protestas en todo el país se
hayan dado acciones lamentables que están sujetas a investigación (uso en algún
momento de armas de fuego, el caso del atropellado y quemado en Lecherías o un
motorizado quemado en Caracas por parte de algunas personas que no se ha
conseguido identificar), tales acciones han sido episodios aislados.
Sin embargo, considero conveniente no perder de vista estos
comportamientos. Porque pudiese haber un proceso de radicalización en algunos
grupos, que consideran la salida política solo posible como una salida
violenta. O los que no sienten el liderazgo necesario de la Oposición o de su
capacidad comunicacional para orientar la fuerza de la calle. O pudiesen ser
infiltrados los grupos de protesta y Resistencia por personas ligadas a la
Inteligencia del gobierno, para que impulsen el camino violento, enseñe algunos
trucos y así poder criminalizar las manifestaciones y justificar el uso de la
violencia institucional (esto último no es una simple hipótesis, sino que
corresponde con casos concretos de otros años). Por fortuna, puedo asegurar que
el asunto de la gandola ha sido un acto aislado dentro del panorama nacional.
Se da el caso de ciertos sectores complicados donde la
población ha recibido el ataque inclemente de colectivos paramilitares. En
estos casos las barricadas se han ido transformando en auténticas estructuras
de defensa. Y algunos vecinos se han apertrechado con armas de fuego, pues se
sienten vulnerables. Ante el ataque de colectivos, que de noche rondan
disparando contra las viviendas con total impunidad, hay comunidades que optan
por defenderse de manera proporcional (y lamentable, pues debería ser labor de
una policía, que hoy por hoy es cómplice y ausente).
![]() |
Una de las tantas barricadas "profesionalizada" que van apareciendo en algunos sectores de Cabudare |
Semana crucial
Entramos en otra semana crucial: el siguiente fin de semana
debería realizarse la elección de diputados para la ANC, en contraposición con
el proceso previsto por la Constitución y con todas las sospechas razonables de
que se trata de un mega-fraude. Entre miércoles y jueves la Oposición está
convocando a un paro de 48 horas. A él se han plegado los sindicatos. Y las calles se van preparando para los
enfrentamientos. En zonas de Cabudare las barricadas han sido levantadas con
sacos de arena. Solo este dato sirve para medir tanto el pánico de las
comunidades como de la forma como piensan enfrentar las amenazas reales o
posibles. Aunque para algunos es la manera de asegurar el cumplimiento a
rajatabla del llamado. Igual depende mucho de la sensatez de los líderes
locales, como para lo que puede ser auto-sitiarse, cumpla su objetivo con la
debida flexibilidad: ¿no interesa tener asegurado alimentos y medicamentos?
¿poder canalizar emergencias médicas?
En algunos sectores se están situaciones similares, mutatis mutandis,
a la que se dio en el sector “23 de Enero” de Caracas: ese sector se encuentra
controlado por algunos colectivos (armados) como “La Piedrita”. Ellos, aliados
del gobierno, son la “ley” en el sector: siendo una zona popular, todo está
controlado, como una ciudadela. Esto ha disminuido la delincuencia, a cambio de
que ellos sean “gobierno” de esas parcelas. En esos otros sectores, controlados
por la Resistencia (y, por lo tanto, adversaria al gobierno y sus planes de “paraíso
comunista”) con barricadas difíciles de sortear, tampoco hay presencia policial
alguna. Son grupos aparentemente muy disciplinados los que se encargan del
orden social, de quien entra y quien sale, de tutelar la vida de la comunidad
(¿de la comuna de París?). En su interior los vecinos se mueven con holgura distinta
a lo que ocurre en el resto de la ciudad.
Pero no en todas partes hay esas formas tan elaboradas de
organización. La estructura interna de quienes se resisten vendiendo cara la
vida sobre el asfalto puede ser más jerárquica o más horizontal. Esto les
permite o les impide mayor racionalidad a la hora de tomar decisiones. En todo
esto funciona muy bien la bomba de adrenalina. La edad de los que están
resteados está enmarcada entre el final de la adolescencia y el principio de la
juventud. Es cuestión de resistencia física.
Mientras Venezuela avanza hacia el abismo o la salvación,
buena parte del mundo sigue su trayectoria. Esto puede explicarse por diversos
motivos. Por ejemplo, Rusia tiene en garantía una buena cantidad de acciones de
la Citgo, empresa de refinamiento y distribución de gasolina de capital
venezolano (del Estado) en los Estados Unidos. Si bien ha querido bailar pegado
al gobierno (o sea, favoreciendo al gobierno de Maduro), tal garantía puede
volatizarse si el gigante del Norte toma acciones contra Venezuela, si avanza
la Constituyente (habría una confiscación de bienes del Estado en suelo
norteamericano). Por lo visto, Rusia quiere cambiar dicha garantía por el
derecho exclusivo de explotación de algunos campos petroleros.
La embajada norteamericana pidió a sus ciudadanos en el país
caribeño de recolectar
insumos para 72 horas, como ha pedido también la Oposición a la ciudadanía.
Mientras se prevé más sanciones hacia altos funcionarios de gobierno. Hay que
recordar que, además del tema político, está la conjetura bien fundamentada de
ser una narco-dictadura. Avanzar por una situación no prevista por la Constitución,
acarrearía el aislamiento mayor del país. Se restringiría las posibilidades de
firmar tratados comerciales y se agudizaría la crisis interna, al no poder ni
vender su petróleo ni comprar los productos. Las fábricas expropiadas han sido
un fracaso.
Por cierto, que Estados Unidos está pensando liberar una
buena cantidad del petróleo contenido dentro de su reserva estratégica, con lo
cual podría prescindir de la importación del oro negro venezolano. Si pusiera a
disposición del mercado internacional dicho excedente, también ello asestaría
un duro golpe tanto a Rusia y su deseo de jugar rudo en política internacional,
como a Cuba, cuyas entradas dependen en parte de la reventa del petróleo que
Venezuela le “obsequia” a través de PetroCaribe.
En días pasados ABC se refería al desembarco de denuncias de 57
altos funcionarios de Nicolás Maduro ante la Corte Penal Internacional de
La Haya. Noticias Caracol y Tal
Cual denunciaron un éxodo masivo de
26 mil venezolanos hacia Colombia, este 24 de julio, ante la incertidumbre de
este fin de semana.
Este ambiente es el que se respira en Venezuela. Sin señalar
temas como impunidad, criminalidad, desempleo, el problema de la inflación, la
devaluación de la moneda y tantos otros, más cercanos a la normalidad de
cualquier otro país… o a la Venezuela de hace unos años atrás. Médicos que
atienden en la calle, que no tienen insumos de ningún tipo. Falta de
medicamentos de alto costo para enfermedades complicadas. Por no mencionar el
problema de los enfermos psiquiátricos, algunos que solo pueden ser controlados
en casa encerrándolos o atándolos. O la ausencia de vacunas, especialmente para
los infantes…
Llega este mensaje, hoy martes 25 de julio, de fuente de
absoluta confianza (los textos en cursiva son míos):
Por favor difúndanlo. Anoche
alrededor 1am en La Carucieña (un barrio
del oeste de la ciudad) en el CPC (Centro Participación Comunitaria) donde
funciona una Radio Comunitaria (Crepuscular 101.1FM) un ataque presuntamente de
un sector de la Comuna Ataroa enfrentado a quienes controlan la radio, produjo
un incendio de sus equipos de radiodifusión.
Ese mismo grupo muy afectado por despliegue y resultados de la Consulta
Popular del 16 de Julio (alrededor de 5.000 manifestaciones de voluntad), lanzó
una piedra con un mensaje en papel amenazando de muerte al dirigente popular de
la zona Alcides Mavare, hermano de otro líder popular del sector asesinado en
un sicariato político en abril 2016 por promover con mucha fuerza el Referendo
Revocatorio en la zona. Desde ese entonces Alcides y su familia han recibido
amenazas que ahora se agudizan ante desplazamiento político del oficialismo y
avance de las fuerzas democráticas en La Carucieña. Sector políticamente
emblemático del chavismo durante más de 15 años, al punto que en ese CPC vota
Luis Reyes Reyes (compadre de Chávez y
persona a cargo de la coordinación de las acciones de cuerpos de seguridad y “gobernador
paralelo”). Solidaridad con Alcides Mavare. Exigimos protección a su vida y
a la de su familia. Mañana se exigirá medidas de protección en la Fiscalía
Superior de Lara.
En una jornada cualquiera de estos días, un rescatista
se abalanza hacia una cámara:
-
Soy
rescatista y me golpearon… estaba atendiendo a una persona, y me quitaron el
bolso con los insumos…
Quizás estaba atendiendo a alguien llamada Venezuela…
Esperemos que no sea tarde.
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