ENTRE BOMBOS Y PLATILLOS
“El problema de Venezuela no es
cuestión de ideologías sino de canibalismo. Ese señor allá no tiene
ninguna ideología definida, lo que tiene es un interés de seguir
saqueando a Venezuela y sometiendo a un país que no se va a dejar poner de
rodillas”
Antonio Ledezma, preso político,
luego de huir de Venezuela
Un día
soleado y relativamente fresco sería bien recibido en cualquier parte del
mundo. En Venezuela la inclemencia de la realidad política perturba las
benevolencias meteorológicas. Después de un aplastante calor del día anterior,
con una máxima de 32 °C en el día, que conservaba 28 °C después de las 6 pm, y
que, en la zona donde vivo en Barquisimeto, tuvo como ingrediente adicional
unas 6 horas sin electricidad.
En este
país, con falta de información y exceso de desinformación, se pueden
identificar 3 grandes polos de atención: los diálogos dilatorios en
República Dominicana entre gobierno y cúpula de la Oposición, la progresiva e
indetenible campaña interna de parte del Estado para conseguir el control total
de la sociedad y, por último, la crisis humanitaria.
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A la hora de dialogar…
Hay
diversos factores que puedan estar incidiendo en que gobierno y oposición estén
sentados en República Dominicana. No solo está la presión internacional desde
el punto de vista diplomático, sino las sanciones, que permiten un escaso
margen de maniobra para quienes detentan el poder. Pero, al contrario de lo que
pudiese pensarse dentro de los límites de la racionalidad política en otros
hemisferios, más que intentar la supervivencia de un proyecto o el
mantenimiento en el poder, para ejercerlo, de un grupo político, en Venezuela
eso no tiene por qué ser así. Se ha dicho que Venezuela es un estado delictivo
o un narco-estado. Creo que tal aseveración no pretende ser un insulto sino un
diagnóstico. Más allá de las conclusiones a las que se pudiese llegar por vía
de una pesquisa exhaustiva e imparcial, sobran indicios que lleven a una
fundada sospecha. Muchas de las personalidades tienen abiertos procesos de
investigación y señalamientos a nivel mundial. Las instituciones están tomadas
para favorecer y proteger no a un proyecto, sino a los personeros de ese
proyecto, que son los responsables también de hacerlo naufragar (es la visión,
por ejemplo, de Marea Socialista, un partido surgido del chavismo y que
no ha mutado en otra ideología). Las denuncias por corrupción no progresan y
hay una cápsula que inmuniza de acusaciones como desvío de fondos, tráfico de
influencias, corrupción, enriquecimiento ilícito, apoyo al terrorismo mundial y
al radicalismo islámico, narcotráfico y cuestiones tales como lo que se oculta
detrás del Arco Minero del Orinoco, por no referirnos al manejo petrolero
inclusive en el chantaje vía diplomática.
Así que
se podría pensar que el gobierno quiere, ante todo, proteger sus “negocios”:
¿qué hace sentado en Dominicana? Bien puede querer buscar que cedan las
sanciones contra personalidades, o que los intercambios en moneda americana se
vuelvan fluidos, o generar intercambios detrás de los cuales puedan seguir
manteniendo sus oscuros intereses. Pero también puede haber presión de China y
Rusia, aliados que sujetan la tramoya del escenario. A ninguno de los dos le
interesa aparecer ante el mundo como sostenedores de estados fallidos.
Reivindicar a Venezuela tiene, para ellos, efectos prácticos y estratégicos.
Más si Rusia está pretendiendo mover el tapete de los sistemas democráticos
occidentales y expandir su zona de influencia.
¿Qué hay de la Oposición?
Visto
desde este punto de vista, la oposición funge el papel de ser legitimadora del
status quo. Esto desde dos aspectos: por un lado, participando en procesos
electorales y, por otro, sentado en la isla caribeña junto con el gobierno. Uno
de los puntos de honor que han esgrimido los gobiernos de la región, es la
imperiosa necesidad de que el gobierno venezolano reconozca la Asamblea
Nacional, que se encuentra en manos de la oposición. Endeudamientos
adicionales, convenios y contratos entre el Estado venezolano y otros, pasa por
la autorización de la Asamblea Nacional. Esta preocupación por las sanciones en
el campo económico es algo reconocido por el mismo vocero del gobierno, el
actual ministro para la comunicación e información, el psiquiatra Jorge
Rodríguez.
Pero está
el papel diezmado de la Oposición. Quizás como resultado de las maniobras del
gobierno, hay al menos unas 3 facciones de lo que antes era la Mesa de la
Unidad Democrática. Y las ansias de poder, de protagonismo, de no perder
prebendas y privilegios hace que negocien finamente con las cartas que el destino
les ha concedido. Y parece que lo harían, aun cuando les tocase hacerlo con el
diablo. Por ejemplo, muchos defensores de Derechos Humanos han señalado que los
presos políticos no pueden ser fichas de intercambio. Pero esto parece haber
sido así. Y últimamente salió también una información sobre una lista manejada
por un diputado de Oposición de personas perseguidas por el gobierno. .
Las cuerdas las maneja con habilidad y astucia los que se tienen por buenos titiriteros.
Dentro de
esa capacidad de vender espacios, bajo la excusa de defenderlos, hace que la
oposición puede desacreditarse de manera flagrante ante el mundo. Cosa que
algunos agradeceríamos. Nada peor que un grupo de aprovechados negocie tratados
que les convenga en nombre de la mayoría de los venezolanos, cuando muchos
están padeciendo hambre, enfermedad y muerte. Estas personas, sentadas en un
escenario de escala planetaria, gozan de tal confianza foránea que muchos
tememos que terminen reconociendo la írrita Asamblea Nacional Constituyente. Y
porque desean medirse en unas elecciones presidenciales en el 2018, no parecen
hacerle caso a las reglas y autoridades electorales. La hipótesis de la
abstención, en las pasadas elecciones regionales, busca desplazar la matriz de
opinión del fraude, pese a lo ocurrido en el estado Bolívar (allí ganó la
oposición de manera abrumadora, con la posibilidad de comprobarlo a través de
los soportes emitidos por las máquinas electorales, pero cuyos reclamos no han
prosperado). Nadie asegura hasta ahora que serían unas elecciones
presidenciales limpias y trasparentes, que tengan observadores internacionales
(¿o estén tuteladas por organismos internacionales?) y que la Asamblea Nacional
Constituyente, de sobrevivir, no vaya a ser un gobierno “supra-constitucional”
sobre un posible presidente opositor.
Las cuerdas las maneja con habilidad y
astucia los que se tienen por buenos titiriteros.
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¡Por el control total!
Mientras
los reflectores se ocupan de los “prometedores” encuentros en Dominicana, como
si fueran los acuerdos de París o los de La Habana, el acicate se cierra sobre
el resto del país, que puede funcionar como garrote vil y hasta como
“catalana”. Por un lado, está el control institucional de instancias legislativas
y ejecutivas tanto a nivel nacional como regional y municipal. Por otro, está
la creación de leyes, que positivizan prácticas soterradas. Las instancias para
hacer denuncias se reducen, pues toda acción puede terminar en contra del
denunciante. También pudiese servir para engrosar expedientes contra los
propios aliados del gobierno, sin efectos inmediatos, pero que nunca se sabe
cuándo pueda hacer falta para extorsionarles, comprar su silencio o, tan
sencillo, de chivo expiatorio. Todo proceso de disidencia, por ejemplo, ha
servido para purgar las instituciones de elementos indeseados. Sin mucha pompa,
se levanta la escenografía electorera y, poco a poco, irán apareciendo
caravanas, pancartas, mítines y, sin saber bien de qué manera, se pueda
financiar la propaganda habitual en estos procesos. Ya se ha iniciado una
cortísima campaña para la elección de los alcaldes municipales, este 10 de
diciembre. Si alguien considera que esto es una dictadura, podrá disfrutar de
toda una puesta en escena de tirios y troyanos afirmando lo contrario. Otra vez
las rectoras del CNE (Consejo Nacional Electoral) hablarán de la “fiesta
electoral”, no del “carnaval” … En el silencio y entre las sombras pueden
estar gestándose nuevos acuerdos y maniobras de ingeniería social, identificando
potenciales amenazas para neutralizarlas. Al unísono, los medios se cuidan las
espaldas… la historia sabe muy bien lo perniciosas de las puñaladas traperas y
a traición. La Oposición dice que no va a participar… aunque algunas
individualidades ya lo están haciendo.
Si la
opositora María Corina Machado y algunos más promueven el movimiento “Soy
Venezuela”, el gobierno lo clona con “Somos Venezuela”. La confusión es
necesaria, más si se quiere confundir a quienes quieran apoyar a la valiente
venezolana suscribiéndose, por el contrario, a “Somos Venezuela”. En cuestión
de meses la clonación ha tenido rapidez cancerígena, por lo que los integrantes
e iniciativas cuentan con financiamiento astronómico… según, al menos, el verbo
presidencial. Lo de iniciativas hay que traducirlo: nueva música y entusiasmo
para las misiones de antaño.
Si la opositora María Corina
Machado y algunos más promueven el movimiento “Soy Venezuela”, el gobierno lo
clona con “Somos Venezuela”
Y tanto
como el reloj rueda sus manecillas y el calendario desprende sus hojas, en esta
apuesta por ganar tiempo, ya diciembre está a la puerta. No tendrá el frío de
otras latitudes, pero la tradición venezolana es muy hermosa. El gobierno
quiere aparentar que todo, si no es normal, al menos el más espabilado puede
aprovecharse de las ofertas oficiales en estas circunstancias. El carnet de
la patria, con tecnología QR, que puede presumir que, algún día, suplantará
a otros instrumentos plásticos de pago. Emula la libreta de racionamiento
cubana, su pariente más cercano. Instrumento de múltiples beneficios (eso
dicen), también aspira a controlarlo todo: tener el control sobre la tarjeta,
es tener control sobre los portadores, esos que camaleonicamente llaman como
usuarios. Todos los subscritos tendrán, a muy bajo costo, cajas de comida
bien resueltas, llevadas hasta el hogar: incluido pernil y gallina, que ha
formado parte de las tradiciones criollas de este mes. (Eso dicen). Así
como también hay sorteos por el equivalente a algo más de $50 o Bs. 500.000 con
su ganador o ganadora. En esta sociedad todavía la suerte tiene lugar en las
creencias de los hogares que, si saben que fulano de tal se lo ganó, quién sabe
si la próxima vez no serán ellos. En verdad hay carencia de sonrisas, esas que
nacen de manera espontánea. Pero tenga o no éxito, cosa que yo dudo, tendrá sus
minutos de gloria en la televisión. Este régimen se perpetúa en los shows
televisivos.
Si con el
carnet de la patria hasta se consiguen, como dicen, vacunas, sin el carnet
también, aunque no sea tan seguro (dice el silencio y las entrelíneas). El discurso
dice que la comida llegará para todos, pues eso lo asegura el gobierno
revolucionario y su política de soberanía alimentaria (que es un sistema de
seguridad y de emancipación socialista). Aunque lo real es que el 60% de lo que
el venezolano podría consumir ha entrado por los puertos, como las medicinas en
proporción diferente (y con bombos y platillos, y titulares como “¡una buena
noticia!). En los tiempos en que mandaba en el país la burguesía parasitaria,
en el florido lenguaje revolucionario, el 70% de lo que se servía en las mesas
de cada casa había sido producido en el país.
El 60% de lo que el venezolano podría consumir ha entrado por los puertos
Mientras
la inflación sigue su curso meteórico. Con preguntas retóricas tales como: si
el gobierno no hace nada ¿será que lo beneficia para conseguir el control
total?
Lo cierto
es que el periodista José Vicente Rangel, personaje que ha ocupado altos cargos
en el gobierno, dice que “estamos contra la pared”. Y Maduro ha dicho que no
está contento con su gobierno… como si pudiese, por prestidigitación,
transformarse en líder de la Oposición.
Mas se
acerca diciembre. Dos años llevan saqueando empresas privadas en estas fechas,
para repartir su mercancía en diciembre: primero fue Daka, una tienda
especializada en electrodomésticos y electrónica. El año pasado fue una
importadora de juguetes de marca. Queda la pregunta sobre cómo san Nicolás
revolucionario cargará su trineo para “cosechar donde no se ha sembrado”.
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Crisis humanitaria
En
Venezuela hay crisis y, dentro de esa crisis, hay una que es humanitaria. Son
dos crisis o más en una. Hay una crisis política, que los políticos hacen
lo posible por ignorar. Está la crisis institucional, que no interesa mucho
porque, para el gobierno, “en río revuelto, ganancia de pescadores”. Pero hay
una crisis más de fondo, que tiene elementos económicos que afectan a la
totalidad de la población, en aspectos tan neurálgicos como la alimentación y
salud. La crisis política tiene que ver, por supuesto, con decisiones erradas,
si es que se tuviese la buena intención de obrar bien. Pero queda la duda de si
se trata de una especie de limpieza social, donde el proyecto de control
hegemónico reposa sobre los cadáveres de muchísimos venezolanos. Convertir al
país en invivible hace que la gente tenga muchos problemas para conseguir
alimentos y no enfermarse, como para enfrentar al gobierno. Una población
desnutrida y enfermiza no tiene la salud para protestar. Aunque el venezolano
que consigue trabajar con un sueldo integral (salario mínimo más bono de
alimentación), su ingreso mensual es de $ 6 aproximadamente (es el cambio que
se puede conseguir, pues con la tasa del gobierno se conseguiría, en teoría,
montos superiores, solo que no hay forma de completar la transacción). La
mayoría de las mercancías son importadas, traídas sin la intervención del
gobierno, y, por tanto, cotizadas según los precios internacionales. El precio
en bolívar es fruto de un sencillo calculo matemático que el gobierno no
reconoce. Lo que significa que, apenas se presente una oportunidad, la
mercancía es confiscable.
Una
familia que quiera vivir tan bien como antaño, deberá gastar al mes entre 500 y
1000 dólares. Si pretende subsistir, será buscando todos aquellos productos
que, teniendo precios regulados, no hayan desaparecido de los anaqueles. O que
reciba bolsas y cajas de alimentos del Gobierno. Este es un régimen de
esclavitud que provoca sumisión o exilio “voluntario”. Lo sustancioso, para
quien busca riqueza y poder de manera inescrupulosa, no necesita de tanta mano
de obra. La economía personal de los que están en el poder parece descansar del
aprovechamiento del petróleo y demás minerales del subsuelo (toda la riqueza
del subsuelo, por ley que proviene de tiempos de la colonia, pertenecía al
monarca y, ahora, al Estado venezolano) para las arcas personales. Otras
fuentes de enriquecimiento estriban en el tráfico de drogas (casi que en la
transportación). Y para los más audaces, en la vinculación con el terrorismo,
que también es narco además de proveedor de armas, y que está en una guerra no
convencional contra occidente…
Y me
surge una pregunta: ¿el auge por la criptomoneda no tendrá que ver, en el caso
de Venezuela, no solo con la búsqueda de monedas fuertes e intercambiables en
el ciberespacio, sino también con originar una congestión en dicho mercado, que
pueda esconder a las transacciones ilícitas detrás de las que sean lícitas?
El camino
que sigue la economía va a terminar por arruinar al país: ¿propósito o
desatino? La
empresa privada es la que puede quebrar. Todas las semanas suben los costos y
los precios, y el gobierno intenta crear regulaciones en vez de condiciones.
Cuando tal cosa no ocurre, viene la fiscalización. Y si no es la fiscalización,
son los decretos de aumentos salariales. En la calle la gente no sabe qué hacer.
Han proliferado las ventas de garaje. Pero en el centro de la ciudad, hay una
multitud que dice reparar celulares (móviles): en cualquier otro país, un
celular defectuoso es sustituido por otro. En cualquier parte menos en
Venezuela. Quizás en ningún otro sitio sepan cómo hacerlo, porque nadie lo
hace… Como las chiveras o cementerios de carros, así se trasplantan repuestos
de un equipo a otro.
Hay
peluquerías en las calles, para evitar el pago de arrendamientos.
Afortunadamente, aunque muy cara, se consigue puestos ambulantes de venta de
verduras y frutas. Hay productos que se venden por cucharadas, por ejemplo. Si
en Cuba el gobierno desalojó una gran cantidad de empleados gubernamentales y
les concedió (porque lo manejó como una concesión) el desarrollar pequeñas
empresas privadas, en Venezuela sigue existiendo la política de concentración
de empleo por el gobierno. Hasta el plan del gobierno de la “chamba juvenil”,
que dicen que consiste en darle formación y trabajo a jóvenes que antes estaban
protestando en las llamadas por el Estado como “guarimbas”. En todo esto puede
muy bien consistir en producir dinero inorgánico (que escasea) para amarrar los
focos de inestabilidad con este tipo de incentivos. Ante tal situación no es de
extrañar que las protestas de marzo a julio pudiesen estar infiltradas: puede
que un policía se colase o que un joven amenazado y/o comprado pudiese “cantar”
lo que se estuviese planificando.
El camino que sigue la economía va a terminar por arruinar al país: ¿propósito o desatino?
La falta
de efectivo, que hace que los pensionados madruguen frente a los bancos, crea
problemas en negocios que o no tienen punto de venta, o lo tienen estropeado, o
funciona con dificultad. Sigue resonando la pregunta de a quién favorece todo
esto. Pero buscando favorecer las transacciones en dinero plástico, el IVA en
efectivo es diferente del pago por transferencias o tarjetas. Todo eso creó un
caos en su momento, para actualizar las máquinas registradoras. El tráfico
automotor ha disminuido al disminuir los vehículos en buen estado. La cantidad
de pasajeros se ha incrementado por las mismas razones, mientras los choferes
de las unidades, que no suelen ser muy solidarios, aumentan los pasajes semana
tras semana, como todo en Venezuela. Aluden a lo costoso de los repuestos.
Habría que añadir “a lo escaso”, que por mucho que aumenten no los van a
conseguir.
El cerco se va cerrando
El cerco
se va cerrando. Es como las ciudades sitiadas, en los que se espera la
rendición por hambre. Comer de la basura es la única alternativa para muchos,
como para otras pueda ser la prostitución en la frontera. Si bien la talla
disminuye en toda la población, con excepciones, en los niños adquiere
proporciones dramáticas: hay desnutriciones del 15% que ameritan acciones
urgentes e inmediatas. Pero el gobierno sigue sin abrir el canal humanitario
¿por qué? Se dice que el gobierno quiere negar su fracaso fuera del país ¿ante
quién? Porque para muchos va resultando evidente lo que aquí ocurre. Solo se me
ocurre dos explicaciones: quiere mantener el mito ante la izquierda
internacional o le interesa diezmar a la población. Mucho he temido que sea la
última alternativa. Si fuese la primera, hay que considerar lo necio que son
los afectos: pensamos más con las vísceras (o las entrañas) que con el cerebro.
Cualquier ejercicio de un mínimo de autonomía debería ayudar a crear distancia
crítica de lo que amamos, como para entender si vale o no la pena. Esto tanto
en la izquierda como en el centro o la derecha, en el ateísmo o dentro de
cualquier creencia o religión. Los afectos se pueden dar con las entrañas, más
no sacrificando la razón. Saber administrar impulsos y pulsiones es una tarea
impostergable.
Caritas advierte de un riesgo de
mortandad de alrededor 280 mil infantes en los próximos meses. En Puerto
Ordaz, al sur del país, hay niños en los huesos esperando que el
tiempo termine de consumirlos. Noticias de madres enloquecidas que buscan
deshacerse de sus niños, ocupan titulares. El ser humano es capaz de muchas
cosas: en los asedios de la antigüedad, como el de los asirios a Jerusalén, en
el siglo VI a.C., o el asedio de Roma en el 70 d.C., hubo madres que, por
hambre, terminaron devorando a sus hijos… ¡no se puede probar los límites de la
patología mental de los seres humanos!
Una tragedia ignorada por las estadísticas oficiales, opacadas para evitar delaciones de los mismos datos
Contemporáneamente,
en todas las redes hay una búsqueda constante de medicamentos. Una tragedia
ignorada por las estadísticas oficiales, opacadas para evitar delaciones de los
mismos datos. Un número creciente de individuos que terminan no solo
empeorando, sino falleciendo. Cuestiones básicas como hipertensivos,
tratamientos hormonales, rutinas para sobrevivir al SIDA o maneras de burlarse
del cáncer, o sus dolores, son cosas insólitas en estas tierras de gracia.
Familias sumidas en el dolor, la rabia, la impotencia, la desesperación, que no
consiguieron ir a Cúcuta, en Colombia, para proveerse, porque no le alcanzaban
los bolívares… y su familiar se le murió entre los brazos. Una tragedia
silenciosa que explota solo entre los cercanos, pero que clama la justicia
divina ¿Quién puede pensar que un recién nacido puede morir en Venezuela
porque no se consigue fenobarbital, convulsiona repetidamente y forma un paro
respiratorio?
Poco se
sabe de Venezuela. Poco se comprende esta situación. Es más macabra de lo que
el mundo pueda imaginarse. No es tan ruda como en el Medio Oriente, pero es
menos civilizada que quienes buscan comprenderla desde categorías académicas…
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